Parroquia Cristo Redentor

Blog del párroco

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  • 2020-04-02 4:16 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    «¿No habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu es decidido, pero la carne es débil» (Mateo 26, 40-41). Mientras aguarda el momento de la prueba suprema de su Pasión, en la que deberá vencer por medio del amor todo el mal que puede enfrentar una persona, Jesús nos enseña a vencer la tentación, bien de combatir el mal o de buscar un bien aparente a base de obrar mal, o sea, de obrar fuera de la voluntad de Dios. Esta tentación no se vence con nuestras fuerzas o capacidades –«la carne es débil»– sino con el poder de Dios, que es amor, actuando en nuestro espíritu. Por ello es indispensable mantener abierta la comunicación con Dios, la conciencia de estar en comunión con Él y la disponibilidad para que Él actúe en y por medio nuestro. Eso sólo se logra con la vigilancia y la oración. Vigilancia y oración se complementan y refuerzan. La vigilancia nos mantiene despiertos a la presencia y acción de Dios. La oración ilumina nuestra mente con la verdad divina y transforma nuestro corazón para que, superando nuestras limitaciones, defectos y los efectos del pecado, seamos capaces de vivir en la voluntad de Dios. Es necesario seguir el consejo de Jesús si realmente queremos ser santos.

    Consejo de la semana: Hoy y a lo largo de toda esta semana, practica la vigilancia refiriendo conscientemente a Dios todas las cosas, las que te gustan y las que no te gustan, las que son según tus deseos y las que no, pues detrás de todo está Dios Providente que lo permite para tu bien.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-03-27 2:55 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    El domingo pasado vimos que para conocer a Dios es necesario dejar que nos abra los ojos de la fe para captar su obra en nosotros y nuestro entorno. Esta experiencia de Dios fortalece nuestra fe, nos lleva a confiar en Él sobre todo ante lo que no entendemos o queremos. Limitados como somos, se nos hace difícil abrirnos a la manera de actuar de Dios, que siempre nos supera. Devolviendo a Lázaro a la vida, Jesús supera las expectativas de Marta, quien está segura de que ya no verá a su hermano hasta la resurrección final: «sé que resucitará en la resurrección del último día». El signo de Jesús es la confirmación en acto de sus palabras: «Yo soy la resurrección y la vida». Sólo el que es la Vida puede dar vida, tanto la vida natural como la vida divina. Pero, como le aclara Jesús a Marta, sólo el que cree ve la gloria de Dios.

    Consejo de la semana: Te propongo hoy domingo que de ahora en adelante, como muestra de tu agradecimiento a Dios –porque todo lo que eres, posees y vives es un don de su infinito amor por ti– lo último que hagas antes de irte a dormir cada día sea acudir a Él dedicándole uno o dos minutos para repasar lo que sucedió ese día, dándole gracias por sus regalos, pidiéndole perdón por lo que no fue según Su voluntad y pidiendo que el próximo día sea mejor en su seguimiento.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-03-20 3:45 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Cuando nos dejamos envolver en el torbellino de la vida: trabajo, estudio, entretenimiento, viajes, comidas, pasatiempos, etc. y no sacamos tiempo para estar diariamente un buen rato a solas con Dios en el silencio y la oración (Santa Teresa de Calcuta dice que el fruto del silencio es la oración), nos sucede lo que le pasa a los judíos con el ciego de nacimiento curado por Jesús: no se capta a Dios actuando en nuestra vida y entorno. Cuando nos apoyamos en nuestras fuerzas, conocimientos y capacidades para buscarlo, no “vemos” a Dios. Cuando nos abrimos a Él poniendo en sus manos el Tiempo, los Talentos y el Tesoro que Él nos ha dado, podemos captar sus manifestaciones. Los judíos están ciegos: para ellos Jesús es un pecador porque curó un sábado. El ciego curado, por el contrario, no sólo ve ahora con sus ojos naturales, sino también con los ojos de la fe: es capaz de captar que sólo alguien que viene de parte de Dios puede hacer lo que Jesús hizo por él; es capaz de “ver” a Dios en Jesús.

    Consejo de la semana: Te propongo que de ahora en adelante, como muestra de tu agradecimiento a Dios –porque todo lo que eres, posees y vives es un don de su infinito amor por ti– lo primero que hagas tan pronto despiertas cada día sea acudir a Él para darle gracias y luego dediques unos tres minutos para recogerte en su presencia antes de comenzar tu día y consagrarte a Él.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-03-13 4:55 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Si conociéramos el don de Dios, es decir, si supiéramos por experiencia quien es Dios, no andaríamos por la vida buscando donde no se encuentra el «agua viva» que todo ser humano anhela, aún sin saberlo, porque ha sido creado por Dios para alcanzar su plenitud saciándose de ella. Jesús nos aclara que si bebemos de un agua que no es el «agua viva» siempre tendremos sed; nunca nos saciaremos. Esta «agua viva», sobre la que habla el relato partiendo de la realidad de la sed natural de Jesús junto al pozo de Sicar, representa la vida divina que Dios nos quiere regalar. No la podemos conseguir nosotros, no importa los medios ni el esfuerzo que empleemos. El «agua viva» sólo se puede recibir como don de Dios. Todo nuestro esfuerzo será únicamente para abrirnos a Dios y permitirle dárnosla. La invitación de Jesús hoy es a poner en ello todo nuestro esfuerzo en lugar de buscar aguas que nunca nos saciarán. El mismo Jesús señala a la samaritana un ejemplo de estas aguas al decirle: «tienes razón que no tienes marido: has tenido ya cinco, y el de ahora no es tu marido». Sin Dios nada es suficiente. Sólo Dios basta.

    Consejo de la semana: Reconoce y agradece como don de Dios a tu familia (esposo, esposa, hijos, padres, nietos, etc.). Dedica hoy tiempo de calidad a estar con ellos y déjales saber que son un don para ti. Piensa también si tú te comportas como un don de Dios para ellos. ¿En qué se puede mejorar? Quizás ellos te pueden sugerir. Pregúntales. Atrévete.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-03-04 5:34 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    El relato de la transfiguración expresa lo que es una experiencia de Dios con un lenguaje simbólico que los judíos, destinatarios inmediatos del evangelio, podían entender: la montaña alta es el lugar del encuentro con Dios, la nube luminosa es la presencia de Dios Espíritu Santo, la voz que habla de la nube es la del Padre, los vestidos blancos como la luz significan la vida divina. El transfigurarse Cristo significa que Él es Dios. Moisés y Elías conversando con Él representan la Ley y los Profetas que anuncian que Cristo es Dios-con-nosotros y ofrecen en sus escritos los detalles para reconocerlo. Y en medio de esta experiencia sobrenatural, Dios Padre nos pide “escuchar” a su Hijo amado, su predilecto. Escuchar al Hijo es escucharlo a Él. Obedecer al Hijo es obedecer al Padre. Es la condición necesaria para entrar en la “familia divina”: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y para vivir en ella como verdaderos hijos de Dios, permanentemente instalados en la «montaña alta» y envueltos en la «nube luminosa».

    Consejo de la semana: Agradece al Señor haber recibido su perdón sacramental una y otra vez en el sacramento de la Reconciliación; agradece los medios y dones sobrenaturales (Bautismo, Eucaristía, el Espíritu Santo, las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad, etc.). Piensa cómo aprovechas estos dones en tu vida. ¿Estará Dios contento de habértelos regalado por la manera en que los acoges, aprovechas y compartes?

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-02-28 9:00 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    El diablo tienta a Jesús invitándole a actual sin contar con su Padre. Lo mismo hace con nosotros. Justificaciones podemos encontrar siempre para “resolver” por nuestra cuenta sin contar con Dios. Puede tratarse tanto de necesidades reales (el hambre en la primera tentación de Jesús) como de deseos de nuestras pasiones desordenadas que nos llevan a buscar placer, poder y riqueza como bienes en sí mismos, seguros de que los merecemos e, incluso, de que Dios quiere dárnoslos. El problema está en buscar lo que nos parece bueno sin contar con Dios, sin dialogar con Él para saber si es su voluntad. Jesús sabe que Él no es Hijo de Dios por su cuenta, sino sólo por, con y en el Padre. Si actuara por su cuenta (como le invita a hacer el tentador) confirmaría que no es el Hijo de Dios. Asimismo nosotros, cuando no actuamos por, con y en Cristo renunciamos a nuestra filiación divina. Jesús sabe que todo lo ha recibido y lo recibirá de su Padre Dios. Sólo tiene que vivir en la voluntad del Padre: «No se haga mi voluntad sino la tuya» (Lc 22,42). Igual nosotros.

    Consejo de la semana: Asume en tu vida la centralidad de la Palabra de Dios acogida y meditada. Revisa tu oración y asegura que separas al menos media hora cada día para meditar la Palabra. Comienza hoy mismo y, aunque falles alguna vez, esfuérzate en continuar sacando la media hora diaria de oración a solas con Dios.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-02-20 8:28 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    En el Evangelio de hoy queda claro que lo fundamental es ser “hijos en el Hijo”, es decir, que el amor cristiano no es más que la manera de ser del Padre Dios reflejado en sus hijos, así como nos lo reveló en su Hijo Jesús. “Sean hijos de vuestro Padre del cielo… Sean perfectos como es perfecto vuestro Padre del cielo” (Mt 5,45.48). Esta “filiación” y esta “perfección” se deja conocer en la manera como el discípulo que vive los valores del Reino enfrenta la violencia. La enseñanza completa la de la semana pasada, presentando ahora situaciones que no dependen del discípulo. Primero, ante las agresiones y ofensas, la justicia no se logra con la venganza sino con la paradójica victoria del derrotado: “No opongáis resistencia al malvado” (5,39a). Segundo, ante los enemigos lo que hay que hacer no es odiarlos sino rogar por ellos y hacerles el bien: “amar al enemigo” (Mt 5,44a). ¿Hasta qué punto me he dejado transformar en hijo de Dios para vivir según las Bienaventuranzas?

    Consejo de la semana: Revisa el uso de tu tiempo, don de Dios. Mira la proporción que dedicas a tus cosas y gustos y la proporción que empleas como lo haría Cristo: sirviendo a los demás. Pide ayuda al Señor para hacer ajustes. Identifica modos de servir a los que están a tu alrededor, sobre todo a los pobres que no pueden compensarte lo que hagas por ellos. Así tu paga te la dará Dios y será muy superior.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-02-13 7:05 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Con nuestro testimonio de vida que anuncia los valores del Evangelio «somos en muchas ocasiones el único Evangelio que los hombres de hoy todavía leen» dijo el Papa Emérito Benedicto XVI en su homilía el Miércoles de Ceniza de 2011. Hoy Jesús inicia una profundización de los valores que mueven al discípulo que vive las Bienaventuranzas, mostrando cómo actúa en tres situaciones de conflicto cuya solución depende de él. Primero, la reconciliación pronta y prioritaria con el que tiene quejas contra él o le debe algo. Segundo, cuando por fidelidad a la persona que ama, todo lo demás pasa a un segundo plano. Tercero, porque siempre dice la verdad el discípulo no tiene necesidad de jurar para acreditar su veracidad. Por el contrario, el mundo nos dice que debemos defender primero nuestro interés y que, para ello, si es necesario cometer una injusticia, ser infiel o mentir, se justifica hacerlo. Se nos quiere hacer creer que la verdad es relativa, que hay circunstancias en las que podemos saltarnos los derechos de los demás. En definitiva, que para salir adelante en la vida es necesaria una cuota de mal en nuestro proceder. Sin embargo, por experiencia sabemos que lo que Jesús nos dice es la pura verdad: cuando falta la reconciliación, la fidelidad y la credibilidad la convivencia fraterna se viene al piso. ¿Cómo están estos valores presentes en mi vida de seguimiento de Jesús?

    Consejo de la semana: Los alimentos que ingieres son un maravilloso don de Dios. Cultiva tu reconocimiento de que provienen de Él dando gracias a Dios por ellos antes de cada comida del día, tanto en público como en privado, sólo o acompañado. Anima a otros a hacer lo mismo. La sociedad de consumo alienta a derrochar en caprichos los bienes que Dios nos regala. Como discípulo agradecido te invito a que hagas lo contrario, aplicando la ley del amor y de la justicia, compartiendo de lo que tienes con los necesitados. No te conformes con dar de lo que te sobra. ¿Con quien o quienes has compartido tus bienes esta semana?

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-02-06 8:23 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Las Bienaventuranzas que, a diferencia de los Diez Mandamientos en el Antiguo Testamento, no son preceptos (haz esto y no hagas aquello) sino que describen cómo son los discípulos que se dejan introducir por Dios en su Reino, es decir, retratan la paradoja que se da cuando el discípulo que sufre, llora y es perseguido tiene a Dios como única riqueza (es “pobre en el espíritu”) y busca su voluntad (“la justicia”) alcanzando la felicidad aquí y ahora, porque comienza a vivir en Dios (“en el Cielo”) y Dios en él. Esto acontece no por el esfuerzo ni el cumplimiento de preceptos, sino porque el discípulo con su obrar entabla una relación personal con el Padre por medio de Jesucristo, lo que le permite a Dios transformarlo según Él es. La consecuencia lógica de esta transformación es que el discípulo se convierte en una persona “diferente”, que ya no es como los demás, sino que tiene la visión, criterio, estilo, preferencias y reacciones de Dios. Resulta, por tanto, ser «luz del mundo», que muestra cómo vive el ser humano –con valores opuestos a los del mundo y feliz– según el plan establecido por Dios antes de la creación y encarnado en su Hijo Jesucristo. Una luz no se enciende para ocultarla sino para que ilumine. Con encenderla ya ilumina, no hay que darle promoción. Cuando es una luz grande, como la que emite una ciudad en lo alto de un monte, simplemente no se puede ocultar. ¿Ilumina nuestra vida? ¿Ilumina nuestra comunidad parroquial?

    Consejo de la semana: Reflexiona con qué frecuencia participas en la Eucaristía. ¿Qué buscas cuando participas? ¿Deseas que llegue cada semana el momento de celebrar la Eucaristía en tu comunidad parroquial? Pide al Señor que puedas celebrarla activamente al menos cada fin de semana. Haz el propósito también de acudir a la Santa Misa al menos otro día en la semana.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-01-29 5:25 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Nos dijo el Papa Francisco en su homilía el 2 de febrero de 2019: «Si recordamos nuestro encuentro decisivo con el Señor, nos damos cuenta de que no surgió como un asunto privado entre Dios y nosotros. No, germinó en el pueblo creyente, en medio de tantos hermanos y hermanas, en tiempos y lugares precisos. El Evangelio nos lo dice, mostrando cómo el encuentro tiene lugar en el pueblo de Dios, en su historia concreta, en sus tradiciones vivas: en el templo, según la Ley, en clima de profecía, con los jóvenes y los ancianos juntos (cf. Lc 2,25-28.34). […] Dos jóvenes van presurosos al templo llamados por la Ley; dos ancianos movidos por el Espíritu. […] Así es como nace el encuentro con el Señor: el Espíritu revela al Señor, pero para recibirlo es necesaria la constancia fiel de cada día. Sin una vida ordenada, incluso los carismas más grandes no dan fruto. Por otro lado, las mejores reglas no son suficientes sin la novedad del Espíritu: la ley y el Espíritu van juntos. […] Dios nos llama a que lo encontremos a través de la fidelidad en las cosas concretas: oración diaria, la Misa, la Confesión, una caridad verdadera, la Palabra de Dios de cada día. […] Si esta ley se practica con amor, el Espíritu viene y trae la sorpresa de Dios».

    Consejo de la semana: Revisa tu fidelidad a las ‘cosas concretas’ que menciona el Papa: oración diaria, Misa, Confesión, caridad verdadera con obras, meditación y acogida diaria de la Palabra. ¿Ya las has puesto en el primer lugar en tu vida?

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

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