La Eucaristía
C-L003
Qué bueno es nuestro Señor.
Nos creó y nos da el sustento.
Para el cuerpo el alimento.
Para el alma comunión.
Es el más preciado don
que recibirse podría
comulgando cada día
Cuerpo y sangre de Jesús,
que antes de ir a la cruz
se quedo en la Eucaristía.
Sabía que tenía que irse.
Su amor le pedía quedarse,
a sus discípulos darse
y por todos consumirse.
Transustanciarse y sentirse
del hombre su compañía.
Con nosotros quedaría
en el Santo Sacramento
dándose como alimento
en la Santa Eucaristía.
Tenía que subir al cielo
a compartir con su Padre,
pero nos dejo a su madre,
nuestra esperanza y consuelo.
En eucarístico velo
oculto se quedaría.
Así manifestaría
su presencia en el altar
dándose como manjar
en la Santa Eucaristía.
En cada consagración
el Señor se hace presente,
viene misteriosamente,
se oculta en la comunión
para nuestra salvación.
Nos espera noche y día.
No te olvides, alma mía,
que por ti viene el Señor.
Recibe con fe y fervor
la Sagrada Eucaristía.