Por la calzada de Emaús
  C-P011
Por la calzada de Emaús un peregrino iba conmigo.
  No le conocí al caminar. Ahora sí, en la fracción del pan.
  
  ¿Qué llevabas conversando?, me dijiste, buen amigo,
  y me detuve asombrado a la orilla del camino.
  ¿No sabes lo que ha pasado ayer en Jerusalén?
  De Jesús de Nazaret a quien clavaron en cruz.
  Por eso me vuelvo en pena a mi aldea de Emaús.
  
  Van tres días que se ha muerto y se acaba mi esperanza.
  Dicen algunas mujeres que al sepulcro fueron de alba.
  Dijeron que algunos otros hoy también allá buscaron
  mas se acaba mi confianza. No encontraron a Jesús.
  Por eso me vuelvo triste a mi aldea de Emaús.
  
  Oh tardíos corazones que ignoráis a los profetas.
  En la Ley ya se anunció que el mesías padeciera
  y por llegar a su gloria escogiera la aflicción.
  En la tarde de aquel día yo sentí que con Jesús
  nuestro corazón ardía a la vista de Emaús.
  
  Hizo seña de seguir más allá de nuestra aldea
  y la luz del sol poniente pareció que se muriera.
  Quédate aquí, forastero, ponte a la mesa y bendice,
  y al destello de tu luz, en la bendición del pan
  mis ojos conocerán al amigo de Emaús.