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Todos los Santos
1 de noviembre de 2020
LITURGIA DE LA PALABRA Al celebrar hoy la solemnidad de Todos los Santos, la Iglesia, Madre y Maestra, nos propone el evangelio de las Bienaventuranzas. Ellas constituyen la descripción del santo, es decir, del que ama de verdad porque deja que Dios viviendo en él o en ella le permita participar del verdadero Amor. Al enunciar cada característica del que ama, Cristo lo llama “bienaventurado”, dichoso, feliz, porque así resulta en la práctica, aunque las apariencias a veces nos engañen y el mundo nos trate de convencer de que la felicidad se alcanza buscando la propia conveniencia, criterio o voluntad a costa del bien de los demás. Por experiencia sabemos que esta gran mentira sólo ha traído y trae dolor y destrucción a nuestras familias y a nuestro mundo. El verdadero amor no proviene de nosotros ni de lo que hacemos ni de lo que nos rodea, sino que debe recibirse como un don de Dios. Este don es realmente Dios mismo, que es Amor con A mayúscula, y nos llama, nos invita a vivir en comunión con Él para participar de este Amor con A mayúscula. Esta es la vocación de todo bautizado, de todo cristiano: la comunión con Dios. CONSEJO DE LA SEMANA Revisa cómo estás dejando que Dios Amor se te de para que puedas ser realmente bienaventurado. En este proceso la oración es de capital importancia. ¿Qué prioridad das a tu encuentro con Él en la oración diaria apoyada en la Sagrada Escritura? ¿Cuánto tiempo le dedicas diariamente? ¿Qué proporción guarda este tiempo con el que dedicas a cosas no esenciales cada día? VIDA PARROQUIAL Santa Misa dominical en el templo y por Zoom: Por el momento: Cada semana encuentran en YouTube y Facebook: Para hacer su donativo: Colecta anual para las misiones (DOMUND) INFORME ECONÓMICO
Ante la merma de ingresos ocurrida en el Fondo Ordinario parroquial, por el cierre parcial de la Parroquia, los gastos se estuvieron cubriendo en parte con dineros del Fondo de Construcción y Mejoras. Los mismos se le están devolviendo en la medida que se van generando ingresos suficientes en el Fondo Ordinario.
NOTA: Durante los años 2018 y 2019 se hicieron pagos de proyectos ascendentes a $45,548.13. Se espera comenzar este año el proyecto de remodelación del salón parroquial y realizar también otras importantes mejoras. |
Gloria
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
Primera lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (7,2-4.9-14)
Yo, Juan, vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios vivo. Gritó con voz potente a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar, diciéndoles: -«No dañéis a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos en la frente a los siervos de nuestro Dios.» Oí también el número de los marcados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel.
Después de esto apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritaban con voz potente: -«¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!»
Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron rostro a tierra ante el trono, y rindieron homenaje a Dios, diciendo: -«Amén. La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén.»
Y uno de los ancianos me dijo: -«Ésos que están vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de dónde han venido?» Yo le respondí: -«Señor mío, tú lo sabrás.» Él me respondió: -«Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero.»
Palabra de Dios. (R. Te alabamos, Señor.)
Salmo
(23,1-2.3-4ab.5-6)
R.: Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.
Quién puede subir al monte del Señor?
Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3,1-3)
Queridos hermanos: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.
Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Todo el que tiene esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.
Palabra de Dios. (R. Te alabamos, Señor.)
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,1-12a)
(R. Gloria a ti, Señor.)
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:
-«Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.
Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los hijos de Dios.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».
Palabra del Señor. (R. Gloria a ti, Señor Jesús.)
Credo
Credo de Nicea-Constantinopla
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación
bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.
Credo «de los Apóstoles»
Creo en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentado, ven espiritualmente a mi corazón.
(Pausa de adoración)
Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de Ti. Amén.