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Parroquia Cristo Redentor
Arquidiócesis de San Juan, Puerto Rico
Iglesia Católica, Apostólica y Romana

En Comunión
BOLETÍN PARROQUIAL DIGITAL


Domingo de Ramos - Ciclo B
28 de marzo de 2021



El Domingo de Ramos explicado

El sexto domingo de Cuaresma recibe el nombre especial de Domingo de Ramos o de Pasión, y constituye el pórtico solemne de la Semana Santa, que culminará en la celebración del Triduo Pascual. En su estructura litúrgica encontramos a modo de anticipación lo que celebraremos en el referido Triduo.

La liturgia del domingo de Ramos incluye los dos polos del Misterio Pascual: rechazo y aceptación, sombra y luz, muerte y vida. De la alegría de la procesión, pasaremos a la contemplación de la Pasión. Estos dos polos encuentran su expresión más completa y perfecta en el altar de la Eucaristía que, al mismo tiempo que sacrificio, es banquete festivo de los hijos de Dios. En el Oficio de Lecturas de hoy, la segunda, de san Andrés de Creta, nos propone muy bien los sentimientos espirituales con que debemos participar en la celebración hoy:

"... Ea, pues, corramos a una con quien se apresura a su pasión, e imitemos a quienes salieron a su encuentro. Y no para extender por el suelo, a su paso, ramos de olivo, vestiduras o palmas, sino para prosternarnos nosotros mismos, con la disposición más humillada de que seamos capaces y con el más limpio propósito, de manera que acojamos al Verbo que viene, y así logremos captar a aquel Dios que nunca puede ser totalmente captado por nosotros.
... Y si antes, teñidos como estábamos de la escarlata del pecado, volvimos a encontrar la blancura de la lana gracias al saludable baño del bautismo, ofrezcamos ahora al vencedor de la muerte no ya ramas de palma, sino trofeos de victoria".

En la celebración de hoy aclamamos al Señor uniéndonos a una gente débil como nosotros que no será capaz de mantener la adhesión a él a la hora de la verdad; vemos a Jesús entrando como Señor victorioso pero de la manera más poco "guerrera" imaginable, montado en un pollino; escuchamos un anuncio profético que nos habla de un Siervo con unas actitudes dignas de ser reflexionadas; oimos cómo Pablo nos explica aquello que es central en nuestra fe, la fidelidad de Jesús hasta anonadarse, hasta morir en la cruz, y cómo esta fidelidad hace que él sea para nosotros el único camino, y viva ahora victorioso para siempre; escuchamos, finalmente, con emoción, el relato tan detallado de los últimos momentos de Jesús, la culminación de su amor, hasta aceptar el sentirse abandonado del mismo Dios, y nos quedamos contemplando junto con las mujeres el sepulcro, llenos de una confusa y difícil esperanza. Y luego celebramos la eucaristía en la que se nos hará presente Jesús.

Será la afirmación de la fe, en la espera de celebrar con toda la alegría la Eucaristía de Pascua.

Procesión de las palmas
La procesión de las palmas es un recuerdo, una realidad presente y una profecía.

Recuerdo
Ante todo es el recuerdo de un hecho de la vida de Jesús, que tuvo lugar en Jerusalén el domingo anterior a su muerte.

De todas partes, una multitud innumerable de peregrinos habían acudido a Jerusalén para celebrar la fiesta de la Pascua. En todas partes no se hablaba aquel año más que de Lázaro, un muerto que Jesús había resucitado. De repente se supo que Jesús estaba en Betania. La muchedumbre se trasladó allí y espontáneamente se forma una comitiva. Jesús no se opone, antes manda buscar un asno que le ha de servir de cabalgadura según la profecía de Zacarías (9. 9-10): "Alégrate con alegría grande, hija de Sión. Salta de júbilo, hija de Jerusalén. Mira que viene a ti tu Rey, justo y victorioso, humilde, montado en un asno".

Realidad actual
El Domingo de Ramos es para nosotros un día en que públicamente confesamos nuestra fe. La procesión no es otra cosa que una gozosa manifestación de la fe que profesamos.

Pero si nos limitamos únicamente a asistir a esta liturgia, a cantar y llevar los ramos de olivo, no podemos decir que acompañamos de veras a Cristo. La religión, para muchos cristianos, es solamente esto: espectacularidad, y no influye para nada en sus vidas. Esta manifestación pública de fe en la realeza de Cristo ha de reflejarse también en la vida de cada uno de nosotros, como lo exige la liturgia que celebramos.

"... que quienes alzamos hoy los ramos en honor de Cristo victorioso, permanezcamos en él, dando frutos abundantes". El simbolismo de las palmas es un simbolismo de lucha y de victoria.

Podemos decir que en esta liturgia somos consagrados combatientes y mártires. Que es "nuestra promoción anual a la dignidad de caballeros y mártires" (Pius-Parshs).

La palma, símbolo del martirio. Al llevarlas queremos manifestarle a Cristo que estamos dispuestos a dar testimonio como los mártires, si no con nuestra vida, porque tal vez no lo quiera, sí al menos con nuestras buenas obras de cada día y nuestra lucha incesante contra los enemigos.

Y aquí puede haber un enorme contrasentido. La palma, símbolo de victoria. Con la palma en las manos queremos manifestar que hemos vencido a Satanás, y, sin embargo, desgraciadamente puede ser que, por dentro, interiormente, sea él nuestro vencedor. Para ser lógicos, coherentes con nuestra fe, es necesario que la realidad se ajuste al simbolismo, es necesario que lo que expresamos externamente lo poseamos interiormente.

Profecía
Veamos también en la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén el glorioso cortejo del Señor cuando vuelva, con poder y majestad, para llevar a los suyos a la Jerusalén del cielo. Salgámosle entonces al encuentro con palmas y ramos de olivo, con nuestras manos cargadas de buenas obras, con nuestra victoria sobre el pecado, sobre la carne y el mundo.

La cruz, y sólo ella, es quien franquea, lo mismo a Jesús que a nosotros, la entrada en la gloria del cielo. ¿A quién llamará para formar parte de la triunfal comitiva que ha de entrar en la Jerusalén celestial? A los que hayan reconocido a Cristo como Señor y hayan aceptado su señorío. "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos -en la verdadera Jerusalén, de la cual aquella Jerusalén terrena es tan sólo un símbolo-, sino el que cumple la voluntad de mi Padre".




LITURGIA DE LA PALABRA

El relato de la Pasión que escuchamos hoy comienza con tres escenas que preparan la Pascua de Jesús. Primero, la unción con el perfume costoso por parte de una mujer en Betania. Segundo, el pacto de Judas con los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús. Tercero, la gestión de los discípulos que quieren prepararle la cena de Pascua a Jesús. En los tres casos Jesús manifiesta que es Dios quien permite todo y dirige los acontecimientos, por encima de la buena o mala intención que guía nuestra libertad humana. A la mujer le dice que su gesto de amor generoso se recordará en todo el mundo donde se proclame el Evangelio. También se recordará siempre la entrega por parte de Judas, entrega que Jesús declara conocer durante la Última Cena, invitando infructuosamente al traidor a recapacitar: «¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!» (Marcos 14,21). Las instrucciones a los discípulos para preparar la Pascua manifiestan que en realidad es Dios quien tiene todo preparado de antemano y que a nosotros nos toca obedecer sus instrucciones para que todo sea para nuestro bien (ver Romanos 8,28). El bien que hagamos obedeciendo la voluntad de Dios redunda en beneficio nuestro, el mal en perjuicio nuestro. Es necesario aprender bien esta lección.




CONSEJO DE LA SEMANA

El Papa Francisco nos dijo en el Mensaje para la Cuaresma 2015: «La Cuaresma es un tiempo propicio para dejarnos servir por Cristo y así llegar a ser como Él. Esto sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios y cuando recibimos los sacramentos, en particular la Eucaristía. En ella nos convertimos en lo que recibimos: el Cuerpo de Cristo. En él no hay lugar para la indiferencia, que tan a menudo parece tener tanto poder en nuestros corazones. Quien es de Cristo pertenece a un solo cuerpo y en Él no se es indiferente hacia los demás». Te invito a meditar hasta qué punto has seguido el consejo del Papa esta Cuaresma. Cada uno debe preguntarse además: ¿Qué signos concretos de indiferencia hacia el prójimo he detectado en mí? ¿Qué signos concretos de acogida y servicio he cultivado esta Cuaresma? ¿Quiero dejar que Cristo sirva a los demás a través mío?




VIDA PARROQUIAL

Santa Misa dominical en el templo y por Zoom:
La Misa dominical con participación de fieles presidida por P. Javier se celebra los sábados a las 6:00 pm y los domingos a las 10:30 am. Los domingos se transmite por Zoom, precedida del comentario de las lecturas por P. Ángel de 9:50 a 10:20 am. Esta Misa se transmite también en vivo por nuestro canal de YouTube y por Facebook. Para participar el próximo fin de semana oprima en el día: sábado o domingo. Es indispensable reservar su espacio para poder participar presencialmente.

Por el momento:
Los Ministros de la Comunión y Pastoral de la Salud no estarán visitando a los enfermos e impedidos de asistir a la parroquia. El teléfono de la oficina parroquial (787-946-1999) lo contestará la secretaria desde su hogar. Enfermos o fieles que requieran algún sacramento llamarán al P. Javier a su celular directamente (939-428-0764) y él los atenderá. Pedimos que se mantengan atentos a nuestra página web donde tendremos la información más reciente sobre la vida parroquial.

Cada semana encuentran en YouTube y Facebook:
[1] el Cenáculo Mariano con Exposición del Santísimo los martes a las 4 pm
[2} la Hora Santa de Adoración los jueves a las 10 am
[3] la Santa Misa dominical que se transmite en vivo los domingos a las 10:30 am
Sígannos en Facebook y suscríbanse al canal de YouTube activando las notificaciones.

Para hacer su donativo:
[1] entregue su sobre al llegar a la Misa en el templo
[2] envíelo por correo a: Urb. El Paraíso, 140 Calle Ganges, San Juan, Puerto Rico 00926
[3] con tarjeta de crédito o PayPal, vaya a la página web de la parroquia y escoja Donar en el menú superior izquierdo, seleccione el concepto “Colectas Misas-Fondo general” y ponga su número de sobre en el campo de comentario
[4] con ATH Móvil, seleccione “Donar”, busque “pacrired” y ponga en el campo de “Mensaje” su número de sobre y el concepto del donativo (Colecta, Ofrenda por Misa, etc.)

Jueves Eucarísticos
Ya tenemos nuevamente adoración eucarística presencial los jueves en horario de 4 a 7 pm y la celebración de la Santa Misa a las 6 pm. No es necesario reservar.

Retiro de Cuaresma
Las tres sesiones están disponibles a través de nuestra página web y en el canal de YouTube.

Sacramento de la Reconciliación
Es una necesidad acercarse al sacramento de la Reconciliación como preparación a una Pascua bien vivida. P. Javier está disponible (como ha estado desde que comenzó la pandemia) para confesar por cita previa. Para coordinar fecha y hora llámenlo a su celular.

Triduo Pascual
El Jueves Santo la Misa será a las 6 pm, los Oficios del Viernes Santo a las 3 pm, la Vigilia Pascual el sábado 3 de abril a las 7 pm y la Misa del Domingo de Pascua a las 10:30 am, como de costumbre. Se podrá participar tanto presencial como virtualmente en las celebraciones del Triduo Pascual siguiendo los procedimientos acostumbrados para cada caso.




INFORME ECONÓMICO
21 de marzo de 2021

 Colecta de la semana - sueltos $197.00
 Colecta de la semana - sobres  655.00
 Donativos por medios electrónicos (incluye $20 de donantes por sobres)  265.00
 Tasas administrativas (Bautismos, Misas, Otros)  190.00
 ACUMULADO ANUAL  
 Ingresos en lo que va del año  18,998.33
 Gastos (no incluye pagos de proyectos)   18,962.23
 Neto
 $36.10

Ante la merma de ingresos ordinarios recurrentes en el Fondo Ordinario parroquial, por el cierre parcial de la Parroquia, los gastos se han estado cubriendo, en parte, con dineros del Fondo de Construcción y Mejoras. Los mismos se devolverán cuando se generen ingresos suficientes en el Fondo Ordinario.

NOTA: Durante los años 2018, 2019 y 2020 se hicieron pagos de proyectos ascendentes a $52,965.13. Los proyectos de mejoras se reanudarán cuando las circunstancias así nos lo permitan.




SANTA MISA



Evangelio para rito de la bendición de los ramos

Lectura del santo evangelio según san Marcos (11, 1-10)
(R. Gloria a ti, Señor.)

Cuando se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, mandó a dos de sus discípulos, diciéndoles:

«Id a la aldea de enfrente y, en cuanto entréis, encontraréis un pollino atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, contestadle: “El Señor lo necesita, y lo devolverá pronto”».

Fueron y encontraron el pollino en la calle atado a una puerta; y lo soltaron. Algunos de los presentes les preguntaron:

«¿Qué hacéis desatando el pollino?».

Ellos les contestaron como había dicho Jesús; y se lo permitieron.

Llevaron el pollino, le echaron encima los mantos, y Jesús se montó. Muchos alfombraron el camino con sus mantos, otros con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante y detrás, gritaban:

«¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!».

Palabra del Señor. (R. Gloria a ti, Señor Jesús.)



Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (50, 4-7)

El Señor Dios me ha dado una lengua de discípulo;
   para saber decir al abatido una palabra de aliento.
Cada mañana me espabila el oído,
   para que escuche como los discípulos.
El Señor Dios me abrió el oído;
   yo no resistí ni me eché atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban,
   las mejillas a los que mesaban mi barba;
   no escondí el rostro ante ultrajes y salivazos.
El Señor Dios me ayuda,
   por eso no sentía los ultrajes;
   por eso endurecí el rostro como pedernal,
   sabiendo que no quedaría defraudado.

Palabra de Dios. (R. Te alabamos, Señor.)



Salmo
(Sal 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24 (R.: 2ab))

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
«Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre si tanto lo quiere». R.

Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos. R.

Se reparten mi ropa,
echan a suerte mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R.

Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.
«Los que teméis al Señor, alabadlo;
linaje de Jacob, glorificadlo;
temedlo, linaje de Israel». R.



Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2, 6-11)

Cristo Jesús, siendo de condición divina,
   no retuvo ávidamente el ser igual a Dios;
   al contrario, se despojó de sí mismo
   tomando la condición de esclavo,
   hecho semejante a los hombres.
Y así, reconocido como hombre por su presencia,
   se humilló a sí mismo,
   hecho obediente hasta la muerte,
   y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todo
   y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre;
   de modo que al nombre de Jesús
   toda rodilla se doble
   en el cielo, en la tierra, en el abismo,
   y toda lengua proclame:
   Jesucristo es Señor,
   para gloria de Dios Padre.

Palabra de Dios. (R. Te alabamos, Señor.)



Versículo

Cristo se ha hecho por nosotros obediente
hasta la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todo
y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre.


Evangelio


Las distintas partes en el texto están marcadas con la siguiente clave:
C. Cronista (parte que lee el diácono o lector)
+ Jesucristo (parte que lee el sacerdote)
S. Otros (parte que lee la asamblea)


Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos (14, 1 — 15, 47)

C. Faltaban dos días para la Pascua y los Ácimos. Los sumos sacerdotes y los escribas andaban buscando cómo prender a Jesús a traición y darle muerte. Pero decían:

S. «No durante las fiestas; podría amotinarse el pueblo».

C. Estando Jesús en Betania, en casa de Simón, el leproso, sentado a la mesa, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el frasco y se lo derramó sobre la cabeza. Algunos comentaban indignados:

S. «¿A qué viene este derroche de perfume? Se podía haber vendido por más de trescientos denarios para dárselo a los pobres».

C. Y reprendían a la mujer. Pero Jesús replicó:

+ «Dejadla, ¿por qué la molestáis? Una obra buena ha hecho conmigo. Porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros y podéis socorrerlos cuando queráis; pero a mí no me tenéis siempre. Ella ha hecho lo que podía: se ha adelantado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. En verdad os digo que, en cualquier parte del mundo donde se proclame el Evangelio, se hablará de lo que esta ha hecho, para memoria suya».

C. Judas Iscariote, uno de los Doce, fue a los sumos sacerdotes para entregárselo. Al oírlo, se alegraron y le prometieron darle dinero. Él andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de los Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:

S. «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?».

C. Él envió a dos discípulos diciéndoles:

+ «Id a la ciudad, os saldrá al paso un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo, y en la casa adonde entre, decidle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿Cuál es la habitación donde voy a comer la Pascua con mis discípulos?”.
Os enseñará una habitación grande en el piso de arriba, acondicionada y dispuesta. Preparádnosla allí».

C. Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la Pascua.
Al atardecer fue él con los Doce. Mientras estaban a la mesa comiendo dijo Jesús:

+ «En verdad os digo que uno de vosotros me va a entregar: uno que está comiendo conmigo».

C. Ellos comenzaron a entristecerse y a preguntarle uno tras otro:

S. «¿Seré yo?».

C. Respondió:

+ «Uno de los Doce, el que está mojando en la misma fuente que yo. El Hijo del hombre se va, como está escrito; pero, ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre será entregado!; ¡más le valdría a ese hombre no haber nacido!».

C. Mientras comían, tomó pan y, pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:

+ «Tomad, esto es mi cuerpo».

C. Después tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron. Y les dijo:

+ «Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. En verdad os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios».

C. Después de cantar el himno, salieron para el monte de los Olivos. Jesús les dijo:

+ «Todos os escandalizaréis, como está escrito: “Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas”. Pero cuando resucite, iré delante de vosotros a Galilea».

C. Pedro le replicó:

S. «Aunque todos caigan, yo no».

C. Jesús le dice:

+ «En verdad te digo que hoy, esta misma noche, antes que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres».

C. Pero él insistía:

S. «Aunque tenga que morir contigo, no te negaré».

C. Y los demás decían lo mismo.
Llegan a un huerto, que llaman Getsemaní, y dice a sus discípulos:

+ «Sentaos aquí mientras voy a orar».

C. Se lleva consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a sentir espanto y angustia, y les dice:

+ «Mi alma está triste hasta la muerte. Quedaos aquí y velad».

C. Y, adelantándose un poco, cayó en tierra y rogaba que, si era posible, se alejase de él aquella hora; y decía:

+ «Abba!, Padre: tú lo puedes todo, aparta de mí este cáliz. Pero no sea como yo quiero, sino como tú quieres».

C. Vuelve y, al encontrarlos dormidos, dice a Pedro:

+ «Simón ¿duermes?, ¿no has podido velar una hora? Velad y orad, para no caer en tentación; el espíritu está pronto, pero la carne es débil».

C. De nuevo se apartó y oraba repitiendo las mismas palabras. Volvió y los encontró otra vez dormidos, porque sus ojos se les cerraban. Y no sabían qué contestarle. Vuelve por tercera vez y les dice:

+ «Ya podéis dormir y descansar. ¡Basta! Ha llegado la hora; mirad que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos, vamos! Ya está cerca el que me entrega».

C. Todavía estaba hablando, cuando se presenta Judas, uno de los Doce, y con él gente con espadas y palos, mandada por los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos. El traidor les había dado una contraseña, diciéndoles:

S. «Al que yo bese, es él: prendedlo y conducidlo bien sujeto».

C. Y en cuanto llegó, acercándosele le dice:

S. «¡Rabbí!».

C. Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo prendieron. Pero uno de los presentes, desenvainando la espada, de un golpe le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote. Jesús tomó la palabra y les dijo:

+ «¿Habéis salido a prenderme con espadas y palos, como si fuera un bandido? A diario os estaba enseñando en el templo y no me detuvisteis. Pero, que se cumplan las Escrituras».

C. Y todos lo abandonaron y huyeron.
Lo iba siguiendo un muchacho envuelto solo en una sábana; y le echaron mano, pero él, soltando la sábana, se les escapó desnudo.
Condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote, y se reunieron todos los sumos sacerdotes y los escribas y los ancianos.
Pedro lo fue siguiendo de lejos, hasta el interior del patio del sumo sacerdote; y se sentó con los criados a la lumbre para calentarse.
Los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno buscaban un testimonio contra Jesús, para condenarlo a muerte; y no lo encontraban. Pues, aunque muchos daban falso testimonio contra él, los testimonios no concordaban.
Y algunos, poniéndose de pie, daban falso testimonio contra él diciendo:

S. «Nosotros le hemos oído decir: “Yo destruiré este templo, edificado por manos humanas, y en tres días construiré otro no edificado por manos humanas”».

C. Pero ni siquiera en esto concordaban los testimonios.
El sumo sacerdote, levantándose y poniéndose en el centro, preguntó a Jesús:

S. «¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que presentan contra ti?».

C. Pero él callaba, sin dar respuesta. De nuevo le preguntó el sumo sacerdote:

S. «¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Bendito?».

C. Jesús contestó:

+ «Yo soy. Y veréis al Hijo del hombre sentado a la derecha del Poder y que viene entre las nubes del cielo».

C. El sumo sacerdote, rasgándose las vestiduras, dice:

S. «Qué necesidad tenemos ya de testigos? Habéis oído la blasfemia. ¿Qué os parece?».

C. Y todos lo declararon reo de muerte. Algunos se pusieron a escupirle y, tapándole la cara, lo abofeteaban y le decían:

S. «Profetiza».

C. Y los criados le daban bofetadas.
Mientras Pedro estaba abajo en el patio, llega una criada del sumo sacerdote, ve a Pedro calentándose, lo mira fijamente y dice:

S. «También tú estabas con el Nazareno, con Jesús».

C. Él lo negó diciendo:

S. «Ni sé ni entiendo lo que dices».

C. Salió fuera al zaguán y un gallo cantó. La criada, al verlo, volvió a decir a los presentes:

S. «Este es uno de ellos».

C. Pero él de nuevo lo negaba. Al poco rato, también los presentes decían a Pedro:

S. «Seguro que eres uno de ellos, pues eres galileo».

C. Pero él se puso a echar maldiciones y a jurar:

S. «No conozco a ese hombre del que habláis».

C. Y enseguida, por segunda vez, cantó el gallo. Pedro se acordó de las palabras que le había dicho Jesús: «Antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres», y rompió a llorar.
Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, hicieron una reunión. Llevaron atado a Jesús y lo entregaron a Pilato.
Pilato le preguntó:

S. «¿Eres tú el rey de los judíos?».

C. Él respondió:

+ «Tú lo dices».

C. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo:

S. «¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan».

C. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba extrañado. Por la fiesta solía soltarles un preso, el que le pidieran.
Estaba en la cárcel un tal Barrabás, con los rebeldes que habían cometido un homicidio en la revuelta. La muchedumbre que se había reunido comenzó a pedirle lo que era costumbre.
Pilato les preguntó:

S. «¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?».

C. Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia.
Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás.
Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:

S. «¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?».

C. Ellos gritaron de nuevo:

S. «Crucifícalo».

C. Pilato les dijo:

S. «Pues ¿qué mal ha hecho?».

C. Ellos gritaron más fuerte:

S. «Crucifícalo».

C. Y Pilato, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.
Los soldados se lo llevaron al interior del palacio —al pretorio— y convocaron a toda la compañía. Lo visten de púrpura, le ponen una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo:

S. «¡Salve, rey de los judíos!».

C. Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él.
Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacan para crucificarlo.
Pasaba uno que volvía del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo; y lo obligan a llevar la cruz.
Y conducen a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de «la Calavera»), y le ofrecían vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo crucifican y se reparten sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno.
Era la hora tercia cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: «El rey de los judíos». Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.
Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo:

S. «Tú que destruyes el templo y lo reconstruyes en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz».

C. De igual modo, también los sumos sacerdotes comentaban entre ellos, burlándose:

S. «A otros ha salvado y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos».

C. También los otros crucificados lo insultaban.
Al llegar la hora sexta toda la región quedó en tinieblas hasta la hora nona. Y a la hora nona, Jesús clamó con voz potente:

+ «Eloí Eloí, lemá sabaqtaní?».

C. (Que significa:

+ «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»).

C. Algunos de los presentes, al oírlo, decían:

S. «Mira, llama a Elías».

C. Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber diciendo:

S. «Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo».

C. Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.

Todos se arrodillan, y se hace una pausa.

C. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.
El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:

S. «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios».

C. Había también unas mujeres que miraban desde lejos; entre ellas María la Magdalena, María la madre de Santiago el Menor y de Joset, y Salomé, las cuales, cuando estaba en Galilea, lo seguían y servían; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.
Al anochecer, como era el día de la Preparación, víspera del sábado, vino José de Arimatea, miembro noble del Sanedrín, que también aguardaba el reino de Dios; se presentó decidido ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.
Pilato se extrañó de que hubiera muerto ya; y, llamando al centurión, le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto.
Informado por el centurión, concedió el cadáver a José. Este compró una sábana y, bajando a Jesús, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro, excavado en una roca, y rodó una piedra a la entrada del sepulcro.
María Magdalena y María, la madre de Joset, observaban dónde lo ponían.

Palabra del Señor. (R. Gloria a ti, Señor Jesús.)



Credo

Credo de Nicea-Constantinopla

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación
bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.

Amén.


Credo «de los Apóstoles»

Creo en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.

Amén.



Santo

Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosana en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosana en el cielo.



Cordero

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.



Comunión espiritual

Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentado, ven espiritualmente a mi corazón.
(Pausa de adoración)
Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de Ti. Amén.




ARTÍCULOS DE LA SEMANA


Fragmentos bíblicos hallados en Israel, un tesoro único
Fueron escritos hace unos dos mil años, en su mayoría, en griego, revelando partes de los doce profetas menores. El valor y la historia de este excepcional hallazgo ...
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Año de la Familia Amoris Laetitia: Lo que todo católico debe saber
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Un creciente movimiento internacional busca prohibir las denominadas "terapias reparativas" o "terapias de conversión" a las que acuden personas que sienten una atracción no deseada por personas del mismo sexo.
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Cómo preparar mejor la Semana Santa
La Semana Santa no es una celebración entre otras: es la Fiesta de las Fiestas. Por ello, es importante tomarse el tiempo de acoger sus gracias y pensar en prepararla bien ...
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VÍDEOS DE LA SEMANA



Resumen de la catequesis del Papa
24 de marzo de 2021



Recorrido por la
Iglesia San José en el
Viejo San Juan



Athenas
Glorioso Rey en la Cruz

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