Nuestra parroquia es acogedora, ora, adora, celebra la liturgia, sirve a la comunidad con obras espirituales y materiales, comparte y disfruta en familia, se forma y estudia para ser Cuerpo Místico de Cristo que hace presente a Dios-Amor. Visítanos en la

Parroquia Cristo Redentor
Arquidiócesis de San Juan, Puerto Rico
Iglesia Católica, Apostólica y Romana

En Comunión
BOLETÍN PARROQUIAL DIGITAL


Pentecostés - Misa de la vigilia
22 de mayo de 2021




LITURGIA DE LA PALABRA

Hoy celebramos al Amor Persona, el amor entre el Padre y el Hijo en la Trinidad. Es el Espíritu Santo el que se derrama en el hombre moviéndolo internamente para que se abra amorosamente –a la manera de Jesús– al hermano y se arroje confiadamente en los brazos del Padre, es decir, para que sea uno con Jesús. El Espíritu Santo hace posible los sacramentos, la “Lectio divina”, el que vivamos como Jesús entregados en todo a buscar el bien de los hermanos –que amemos–, hace posible que la comunidad cristiana sea “un solo cuerpo y un solo espíritu” en Cristo, nos capacita para testimoniar con la vida que Dios está a nuestro servicio –que es Amor–. Acoger al Espíritu Santo en nuestra persona requiere dejarnos transformar por Él para ser sus instrumentos vivos que le permitan pensar, querer, hablar y obrar en cada uno de nosotros. ¿Qué cambiaría en mi vida si “quedara lleno” del Espíritu Santo? ¿Qué cambiaría en mis relaciones? ¿Qué cambiaría en mi uso del tiempo? ¿Qué cambiaría en mi uso del dinero?




CONSEJO DE LA SEMANA

Te invito a repasar cómo estás dejando que el Espíritu Santo te haga “un solo cuerpo y un solo espíritu” con Cristo en la comunidad de fe que llamamos Cristo Redentor. Puedes revisar a cuántos hermanos y hermanas conoces por su nombre, conoces sus circunstancias familiares y de trabajo; por cuántos rezas y te interesas por ayudarles en sus luchas; a cuántos de los que están necesitados (con carencias espirituales, morales, físicas, económicas, etc.) has socorrido en el último mes. ¿Qué te pide hoy el Espíritu?




VIDA PARROQUIAL

Santa Misa dominical en el templo y por Zoom:
La Misa dominical con participación de fieles presidida por P. Javier se celebra los sábados a las 6:00 pm y los domingos a las 10:30 am. Los domingos se transmite por Zoom, precedida del comentario de las lecturas por P. Ángel de 9:50 a 10:20 am. Esta Misa se transmite también en vivo por nuestro canal de YouTube y por Facebook. Para participar el próximo fin de semana oprima en el día: sábado o domingo. Es indispensable reservar su espacio para poder participar presencialmente.

Por el momento:
Los Ministros de la Comunión y Pastoral de la Salud no estarán visitando a los enfermos e impedidos de asistir a la parroquia. El teléfono de la oficina parroquial (787-946-1999) lo contestará la secretaria desde su hogar. Enfermos o fieles que requieran algún sacramento llamarán al P. Javier a su celular directamente (939-428-0764) y él los atenderá. Pedimos que se mantengan atentos a nuestro sitio web donde tendremos la información más reciente sobre la vida parroquial.

Cada semana encuentran en YouTube y Facebook:
[1] el Cenáculo Mariano con Exposición del Santísimo los martes a las 4 pm
[2} la Hora Santa de Adoración los jueves a las 10 am
[3] la Santa Misa dominical que se transmite en vivo los domingos a las 10:30 am
Sígannos en Facebook y suscríbanse al canal de YouTube activando las notificaciones.

Para hacer su donativo:
[1] entregue su sobre al llegar a la Misa en el templo
[2] envíelo por correo a: Urb. El Paraíso, 140 Calle Ganges, San Juan, Puerto Rico 00926
[3] con tarjeta de crédito o PayPal, en el sitio web de la parroquia escoja Donar en el menú superior izquierdo, seleccione el concepto “Colectas Misas-Fondo general” y ponga su número de sobre en el campo de comentario
[4] con ATH Móvil, seleccione “Donar”, busque “pacrired” y ponga en el campo de “Mensaje” su número de sobre y el concepto del donativo (Colecta, Ofrenda por Misa, etc.)

Jueves Eucarísticos
Recordamos la adoración eucarística presencial los jueves en horario de 4 a 6 pm y la celebración de la Santa Misa a las 6 pm. No es necesario reservar pero sí seguir el protocolo.

Solemnidad del Sagrado Corazón
Este año celebraremos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús con la Santa Misa a las 6 pm el viernes 11 de junio. Es necesario reservar su espacio para poder asistir.




INFORME ECONÓMICO
16 de mayo de 2021

 Colecta de la semana - sueltos $150.00
 Colecta de la semana - sobres  751.00
 Donativos por medios electrónicos (incluye $25 de donantes por sobres)  359.00
 Colecta Diocesana - Medios de Comunicación (incluye $90 por medios electrónicos)  211.00
 Donativos especiales recibidos Día de las Madres90.00 
 ACUMULADO ANUAL  
 Ingresos en lo que va del año  32,283.52
 Gastos (no incluye pagos de proyectos)   31,566.56
 Neto
 $716.96

Ante la merma de ingresos ordinarios recurrentes en el Fondo Ordinario parroquial, por el cierre parcial de la Parroquia, los gastos se han estado cubriendo, en parte, con dineros del Fondo de Construcción y Mejoras. Los mismos se devolverán cuando se generen ingresos suficientes en el Fondo Ordinario.

NOTA: Durante los años 2018, 2019 y 2020 se hicieron pagos de proyectos ascendentes a $52,965.13. Los proyectos de mejoras se reanudarán cuando las circunstancias así nos lo permitan.




SANTA MISA

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Primera lectura

Lectura del libro del Génesis (11, 1-9)

Toda la tierra hablaba una misma lengua con las mismas palabras.

Al emigrar los hombres desde oriente, encontraron una llanura en la tierra de Senaar y se establecieron allí.

Se dijeron unos a otros:

«Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos al fuego».

Y emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de argamasa.

Después dijeron:

«Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance el cielo, para hacernos un nombre, no sea que nos dispersemos por la superficie de la tierra».

El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres.

Y el Señor dijo:

«Puesto que son un solo pueblo con una sola lengua y esto no es más que el comienzo de su actividad, ahora nada que decidan hacer les resultará imposible. Bajemos, pues, y confundamos allí su lengua, de modo que ninguno entienda la lengua del prójimo».

El Señor los dispersó de allí por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad.

Por eso se llama Babel, porque allí confundió la lengua de toda la tierra, y desde allí los dispersó el Señor por la superficie de la tierra.

Palabra de Dios. (R. Te alabamos, Señor.)



Salmo
(32, 10-11. 12-13. 14-15 (R.: 12b))

Dichoso el pueblo que Dios se escogió como heredad.

El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre;
los proyectos de su corazón, de edad en edad. R.

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres. R.

Desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones. R.



Segunda lectura

Lectura del libro del Éxodo (19, 3-8. 16-20b)

En aquellos días, Moisés subió hacia Dios.

El Señor lo llamó desde la montaña diciendo:

«Así dirás a la casa de Jacob y esto anunciarás a los hijos de Israel: “Vosotros habéis visto lo que he hecho con los egipcios y cómo os he llevado sobre alas de águila y os he traído a mí. Ahora, pues, si de veras me obedecéis y guardáis mi alianza, seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra. Seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa”. Estas son las palabras que has de decir a los hijos de Israel».

Fue, pues, Moisés, convocó a los ancianos del pueblo y les expuso todo lo que el Señor le había mandado.

Todo el pueblo, a una, respondió:

«Haremos todo cuanto ha dicho el Señor».

Moisés comunicó la respuesta del pueblo al Señor.

Al tercer día, al amanecer, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre la montaña; se oía un fuerte sonido de trompeta y toda la gente que estaba en el campamento se echó a temblar. Moisés sacó al pueblo del campamento, al encuentro de Dios, y se detuvieron al pie de la montaña. La montaña del Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre ella en medio de fuego. Su humo se elevaba como el de un horno y toda la montaña temblaba con violencia. El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte; Moisés hablaba y Dios le respondía con el trueno. El Señor descendió al monte Sinaí, a la cumbre del monte. El Señor llamó a Moisés a la cima de la montaña.

Palabra de Dios. (R. Te alabamos, Señor.)



Salmo (Opción 1)
(Dn 3, 52a y c. 53a. 54a. 55a. 56a (R.: 52b))

¡A ti gloria y alabanza por los siglos!

Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres.
Bendito tu nombre, santo y glorioso. R.

Bendito eres en el templo de tu santa gloria. R.

Bendito eres sobre el trono de tu reino. R.

Bendito eres tú, que sentado sobre querubines
sondeas los abismos. R.

Bendito eres en la bóveda del cielo. R.



Salmo (Opción 2)
(18, 8. 9. 10. 11 (R.: Jn 6, 68c))

Señor, tú tienes palabras de vida eterna.

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye a los ignorantes. R.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R.

El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R.

Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R.



Tercera lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel (37, 1-14)

En aquellos días, la mano del Señor se posó sobre mí. El Señor me sacó en espíritu y me colocó en medio de un valle todo lleno de huesos. Me hizo dar vueltas y vueltas en torno a ellos: eran muchísimos en el valle y estaban completamente secos.

Me preguntó:

«Hijo de hombre: ¿podrán revivir estos huesos?».

Yo respondí:

«Señor, Dios mío, tú lo sabes».

Él me dijo:

«Pronuncia un oráculo sobre estos huesos y diles: “¡Huesos secos, escuchad la palabra del Señor! Esto dice el Señor Dios a estos huesos: Yo mismo infundiré espíritu sobre vosotros y viviréis. Pondré sobre vosotros los tendones, haré crecer la carne, extenderé sobre ella la piel, os infundiré espíritu y viviréis. Y comprenderéis que yo soy el Señor”».

Yo profeticé como me había ordenado, y mientras hablaba se oyó un estruendo y los huesos se unieron entre sí. Vi sobre ellos los tendones, la carne había crecido y la piel la recubría; pero no tenían espíritu.

Entonces me dijo:

«Conjura al espíritu, conjúralo, hijo de hombre, y di al espíritu: “Esto dice el Señor Dios: ven de los cuatro vientos, espíritu, y sopla sobre estos muertos para que vivan”».

Yo profeticé como me había ordenado; vino sobre ellos el espíritu y revivieron y se pusieron en pie. Era una multitud innumerable.

Y me dijo:

«Hijo de hombre, estos huesos son la entera casa de Israel, que dice: “Se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, ha perecido, estamos perdidos”. Por eso profetiza y diles: “Esto dice el Señor Dios: Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os sacaré de ellos, pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Israel. Y cuando abra vuestros sepulcros y os saque de ellos, pueblo mío, comprenderéis que yo soy el Señor. Podré mi espíritu en vosotros y viviréis; os estableceré en vuestra tierra y comprenderéis que yo, el Señor, lo digo y los hago” —oráculo del Señor—».

Palabra de Dios. (R. Te alabamos, Señor.)



Salmo
(106, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R.: 1))

Dad gracias al Señor,
porque es eterna su misericordia.


Que lo confiesen los redimidos por el Señor,
los que él rescató de la mano del enemigo,
los que reunió de todos los países:
oriente y occidente, norte y sur. R.

Erraban por un desierto solitario,
no encontraban el camino de ciudad habitada;
pasaban hambre y sed,
se les iba agotando la vida. R.

Pero gritaron al Señor en su angustia,
y los arrancó de la tribulación.
Los guió por un camino derecho,
para que llegaran a una ciudad habitada. R.

Den gracias al Señor por su misericordia,
por las maravillas que hace con los hombres.
Calmo el ansia de los sedientos,
y a los hambrientos los colmó de bienes. R.



Cuarta lectura

Lectura de la profecía de Joel (3, 1-5)

Esto dice el Señor:

«Derramaré mi espíritu sobre toda carne,
vuestros hijos e hijas profetizarán,
vuestros ancianos tendrán sueños
y vuestros jóvenes verán visiones.

Incluso sobre vuestros siervos y siervas
derramaré mi espíritu en aquellos días.
Pondré señales en el cielo y en la tierra:
sangre, fuego y columnas de humo.

El sol se convertirá en tinieblas,
la luna, en sangre
ante el Día del Señor que llega,
grande y terrible.

Y todo el que invoque
el nombre del Señor se salvará.

Habrá supervivientes en el monte Sion,
como lo dijo el Señor,
y también en Jerusalén
entre el resto que el Señor convocará».

Palabra de Dios. (R. Te alabamos, Señor.)



Salmo
(103, 1-2a. 24 y 25c. 27-28. 29bc-30 (R.: cf. 30))

Envía tu Espíritu, Señor,
y repuebla la faz de la tierra.


Bendice, alma mía, al Señor:
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto. R.

Cuántas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con sabiduría;
la tierra está llena de tus criaturas.
¡Bendice, alma mía, al Señor! R.

Todos ellos aguardan
a que les eches comida a su tiempo:
se la echas, y la atrapan;
abres tu mano, y se sacian de bienes. R.

Les retiras el aliento, y expiran
y vuelven a ser polvo;
envías tu espíritu, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra. R.



Gloria

Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.

Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.



Epístola

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8, 22-27)

Hermanos:

Sabemos que hasta hoy toda la creación está gimiendo y sufre dolores de parto.

Y no solo eso, sino que también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la adopción filial, la redención de nuestro cuerpo.

Pues hemos sido salvados en esperanza. Y una esperanza que se ve, no es esperanza; efectivamente, ¿cómo va a esperar uno algo que ve?

Pero si esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia.

Del mismo modo, el Espíritu acude en ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros no sabemos pedir como conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables.

Y el que escruta los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.

Palabra de Dios. (R. Te alabamos, Señor.)



Aleluya

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos la llama de tu amor.



Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Juan (7, 37-39)
(R. Gloria a ti, Señor.)

El último día, el más solemne de la fiesta, Jesús en pie gritó:

«El que tenga sed, que venga a mí y beba el que cree en mí; como dice la Escritura: “de sus entrañas manarán ríos de agua viva”».

Dijo esto refiriéndose al Espíritu, que habían de recibir los que creyeran en él.

Todavía no se había dado el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado.

Palabra del Señor. (R. Gloria a ti, Señor Jesús.)



Credo

Credo de Nicea-Constantinopla

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación
bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.

Amén.


Credo «de los Apóstoles»

Creo en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.

Amén.



Santo

Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosana en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosana en el cielo.



Cordero

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.



Comunión espiritual

Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentado, ven espiritualmente a mi corazón.
(Pausa de adoración)
Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de Ti. Amén.



Reina del Cielo

V. Reina del Cielo, ¡alégrate!, ¡aleluya!
R. Porque el Señor, a quien has merecido llevar, ¡aleluya!

V. Ha resucitado según su palabra, ¡aleluya!
R. Ruega al Señor por nosotros, ¡aleluya!

V. Gózate y alégrate, Virgen María, ¡aleluya!
R. Porque verdaderamente ha resucitado el Señor, ¡aleluya!

Oración
V. Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que, por la intercesión de su Madre, la Virgen María, alcancemos los gozos de la vida eterna. Por el mismo Cristo, nuestro Señor.
R. Amén.




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