Nuestra parroquia es acogedora, ora, adora, celebra la liturgia, sirve a la comunidad con obras espirituales y materiales, comparte y disfruta en familia, se forma y estudia para ser Cuerpo Místico de Cristo que hace presente a Dios-Amor. Visítanos en la Parroquia Cristo Redentor |
Domingo 02 del Tiempo Ordinario - Ciclo C
16 de enero de 2022
LITURGIA DE LA PALABRA Hoy asisten María y Jesús a una boda en la que a los novios se les ha acabado el vino. Pero una boda sin vino no es una fiesta. El mensaje es claro: la boda sin vino, sin fiesta, es la vida sin Dios, en la que no hay alegría; por el contrario, la boda con el vino nuevo es la vida con Dios. El vino de los novios de esta boda se había acabado, igual que la alegría y el gozo que se fundamentan en las posibilidades humanas se acaban. El vino (=la vida y la alegría) que ofrece Jesús es nuevo, distinto al que tenían los novios (y por supuesto, muchísimo mejor, además de sobreabundante) porque es el que Dios da. El vino que Jesús regala a los novios apunta al vino que nos dará en la Eucaristía, un vino que es Él mismo. La Eucaristía es la fuente de la vida y la alegría verdadera. La Eucaristía es el sacramento del Misterio Pascual de Jesús, de su “hora”. El hombre de nuestro tiempo piensa que puede conseguirlo todo y solucionarlo todo por sí mismo, que con la técnica y la ciencia y la solidaridad va a conseguir la realización y la felicidad. No se da cuenta de que todo lo que hace sin Dios no da los resultados esperados y al final pasa. ¿Nos damos cuenta de que no hay otra solución que la que propone María: “Hagan lo que Él les diga”? CONSEJO DE LA SEMANA Ora diariamente en tu hogar. Trata de que sea cada día a la misma hora. Prepárate un lugar que sea acogedor. Enciende una vela. Abre la Biblia. Coloca un crucifijo o la imagen de Nuestro Señor. Quizás también la de la Virgen o algún santo. Adopta una postura cómoda, pero sin que haya peligro de que te duermas. Para dejar a Dios actuar en ti en la oración tienes que estar bien despierto. Dedica cada día al menos 30 minutos. Invoca al Espíritu Santo y pídele que te abras a la presencia amorosa de Dios. VIDA PARROQUIAL Santa Misa dominical con participación de fieles Misa, Cenáculo y Adoración presencial Cada semana Durante el tiempo de pandemia Para hacer su donativo Entrega sobres para ofrenda 2022 INFORME ECONÓMICO
Desde que comenzó la pandemia en el año 2020 la merma de ingresos ordinarios ha sido cubierta con dineros del Fondo de Construcción y Mejoras. Los mismos se devolverán según se generen ingresos suficientes en el Fondo Ordinario. Durante los años 2018 al presente se han hecho pagos de proyectos ascendentes a $57,113.97. |
Gloria
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (62, 1-5)
Por amor a Sion no callaré,
por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que rompa la aurora de su justicia,
y su salvación llamee como antorcha.
Los pueblos verán tu justicia,
y los reyes tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo,
pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona fúlgida en la mano del Señor
y diadema real en la palma de tu Dios.
Ya no te llamarán «Abandonada»,
ni a tu tierra «Devastada»;
a ti te llamarán «Mi predilecta»,
y a tu tierra «Desposada»,
porque el Señor te prefiere a ti,
y tu tierra tendrá un esposo.
Como un joven se desposa con una doncella,
así te desposan tus constructores.
Como se regocija el marido con su esposa,
se regocija tu Dios contigo.
Palabra de Dios. (R. Te alabamos, Señor.)
Salmo
(95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 9-10a y c (R.: cf. 3))
R.: Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R.
Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor;
aclamad la gloria del nombre del Señor. R.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey:
él gobierna a los pueblos rectamente». R.
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12, 4-11)
Hermanos:
Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos.
Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.
Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A este se le ha concedido hacer milagros; a aquel, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas.
El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.
Palabra de Dios. (R. Te alabamos, Señor.)
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (2, 1-11)
(R. Gloria a ti, Señor.)
En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice:
«No tienen vino».
Jesús le dice:
«Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora».
Su madre dice a los sirvientes:
«Haced lo que él os diga».
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dice:
«Llenad las tinajas de agua».
Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les dice:
«Sacad ahora y llevadlo al mayordomo».
Ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dice:
«Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora».
Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.
Palabra del Señor. (R. Gloria a ti, Señor Jesús.)
Credo
Credo de Nicea-Constantinopla
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación
bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.
Credo «de los Apóstoles»
Creo en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentado, ven espiritualmente a mi corazón.
(Pausa de adoración)
Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de Ti. Amén.