Nuestra parroquia es acogedora, ora, adora, celebra la liturgia, sirve a la comunidad con obras espirituales y materiales, comparte y disfruta en familia, se forma y estudia para ser Cuerpo Místico de Cristo que hace presente a Dios-Amor. Visítanos en la Parroquia Cristo Redentor |
Santos Pedro y Pablo (Misa vespertina)
28 de junio de 2025
LITURGIA DE LA PALABRA ¿Cómo resuenan en nuestros oídos las palabras del Maestro: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16,18)? Jesús dice “mi Iglesia”, en singular, no “mis Iglesias”. Él ha pensado y deseado una sola Iglesia, no una multiplicidad de Iglesias independientes, o peor, en conflicto entre ellas. Renegar de la Iglesia es como renegar de la propia madre. “No puede tener a Dios por Padre”, decía san Cipriano, “quien no tiene a la Iglesia por Madre”. Un buen fruto de esta fiesta de los santos apóstoles Pedro y Pablo sería que aprendiéramos a decir también nosotros, miembros de la Iglesia Católica a la cual pertenecemos: “¡Mi Iglesia!”. Mi pertenencia a la Iglesia se manifiesta en lo que estoy dispuesto a compartir de mi persona, de mi tiempo y de mis bienes con mi comunidad de fe. ¿En qué medida pertenezco realmente a la Iglesia? ¿O soy sólo un visitante, casual o regular, pero visitante? CONSEJO DE LA SEMANA El rezo comunitario del Padre Nuestro nos prepara a la recepción del sacramento de la Comunión haciendo nuestros los sentimientos del Hijo: manejando los dones de Dios según su voluntad para que su nombre sea santificado y el Reino acontezca; confiando que Dios, Dador-de-los-dones, nos dará siempre lo necesario para vivir la comunión: el pan cotidiano, el perdón, su ayuda para no caer en la tentación y la protección del mal. En la Misa, reza el Padre Nuestro pensando en sus siete peticiones, y no en automático. Verás cómo cobra significado y te prepara realmente para recibir la Comunión. VIDA PARROQUIAL Colecta anual Óbolo de San Pedro Cáritas parroquial Compartir parroquial Misa dominical Misa ferial y Adoración Internet Lectio divina Enfermos y confinados a su hogar Oficina Para hacer su donativo Donativos para Teleoro, Unidos contra el hambre, Cáritas de PR y Cáritas parroquial INFORME ECONÓMICO
|
Gloria
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (3, 1-10)
En aquellos días, Pedro y Juan subían al templo, a la oración de la hora nona, cuando vieron traer a cuestas a un lisiado de nacimiento. Solían colocarlo todos los días en la puerta del templo llamada «Hermosa», para qeu pidiera limosna a los que entraban. Al ver entrar en el templo a Pedro y a Juan, les pidió limosns, Pedro, con Juan a su lado, se quedó mirándolo y le dijo:
«Míranos».
Clavó los ojos en ellos, esperando que le darían algo. Pero Pedro le dijo:
«No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo en nombre de Jesucristo Nazareno, levántate y anda».
Y agarrándolo de la mano derecha lo oncorporó. Al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos, se puso en pie de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su pir, dando brincos y alabando a Dios. Todo el pueblo lo vio andando y alabando a Dios, y, al caer en al cuenta de que era elmismo que pedía limosna sentado en la puerta Hermosa del templo, quedaron estupefactos y desconcertados ante lo que le había sucedido.
Palabra de Dios. (R. Te alabamos, Señor.)
Salmo
(18, 2-3. 4-5b (R.: 5a))
R.: A toda la tierra alcanza su pregón.
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (1, 11-20)
Hermanos:
Os hago saber que el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; pues yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo.
Porque habéis oído hablar de mi pasada conducta en el judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y aventajaba en el judaísmo a muchos de mi edad y de mi raza como defensor muy celoso de las tradiciones de mis antepasados.
Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, se dignó revelar a su Hijo en mí para que lo anunciara entre los gentiles, no consulté con hombres ni subí a Jerusalén a ver a los apóstoles anteriores a mí, sino que enseguida, me fui a Arabia, y volví a Damasco.
Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas y permanecí quince días con él.
De los otros apóstoles no vi a ninguno, sino a Santiago, el hermano del Señor.
Dios es testigo de que no miento en lo que os escribo.
Palabra de Dios. (R. Te alabamos, Señor.)
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (21, 15-19)
(R. Gloria a ti, Señor.)
Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer, le dijo a Simón Pedro:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?».
Él le contestó:
«Sí, Señor, tú sabes que te quiero».
Jesús le dice:
«Apacienta mis corderos».
Por segunda vez le pregunta:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas?».
Él le contesta:
«Sí, Señor, tú sabes que te quiero».
Él le dice:
«Pastorea mis ovejas».
Por tercera vez le pregunta:
«Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?».
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez:
«¿Me quieres?» y le contestó:
«Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero».
Jesús le dice:
«Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras».
Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió:
«Sígueme».
Palabra del Señor. (R. Gloria a ti, Señor Jesús.)
Credo
Credo de Nicea-Constantinopla
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación
bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.
Credo «de los Apóstoles»
Creo en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentado, ven espiritualmente a mi corazón.
(Pausa de adoración)
Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de Ti. Amén.