Queridos hermanos:
Bienaventuranza es ese estado de plenitud interior que llamamos felicidad. Al iniciar el Sermón de la montaña Jesús expresa ocho criterios –situaciones o actitudes– para identificar a Dios obrando en una persona, lo que hace a esta persona feliz, bienaventurada. Notemos que la felicidad no proviene de la situación o actitud sino de lo que Dios hace por la persona que está en esa situación o por la persona para permitirle exhibir esa actitud. El seguimiento de Cristo nos va introduciendo en el Reino de Dios, nos lleva a vivir según el perfil que retratan las bienaventuranzas y, como consecuencia, a ser felices. Podemos mirarnos en ellas como en un espejo y ver hasta qué punto hemos colaborado con Dios para permitirle introducirnos en su Reino. La conclusión debe ser un renovado compromiso de colaboración con Dios para que venga más plenamente a nosotros su Reino y como consecuencia seamos muy felices.
Consejo de la semana: Haz el propósito de dedicar una hora semanal a visitar a un enfermo o envejeciente de tu comunidad que sabes que está solo (o pobremente acompañado). Si necesitas ayuda para identificar uno acude a tu Cáritas parroquial o a un Ministro Extraordinario de la Comunión.
Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.
P. Ángel