Queridos hermanos:
«Al ver Jesús a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor» (Mateo 9, 36). Jesús se conmueve al ver la necesidad de la gente de encontrar sentido para su vida, como indica la imagen de la oveja sin pastor. Cuantas personas desorientadas, confundidas, que construyen su proyecto de vida sobre falsedades. Como las ideologías que nos aseguran que los seres humanos podemos hacer lo que soñemos, y además, sin necesitar de nada ni de nadie; ni siquiera de Dios. Más aun, que el plan de Dios para nosotros, su voluntad, es un obstáculo para nuestra libertad y felicidad. Es tan fácil ser engañados por el mundo. Por eso Jesús nos envía a ti y a mí –a sus discípulos– a comunicar al mundo la verdad sobre Dios y sobre el hombre. La que Él –el Verbo encarnado, enviado por el Padre– nos reveló. Pero esta verdad no es una teoría que basta con conocerla y, si acaso, poder explicarla. Estamos llamados a difundirla mediante una vida conforme a ella, una vida que manifieste la verdad sobre Dios y sobre el hombre. Es lo que pide el Señor al pueblo en la primera lectura: «seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa» (Éxodo 19, 6). Y lo que Mateo llama entrar en el «Reino de los Cielos» (Mateo 10, 7).
Consejo de la semana: Revisa cómo está el balance de tiempo que dedicas a la oración y meditación con la Sagrada Escritura en comparación con el tiempo que dedicas a consumir medios de comunicación (vídeos, películas, noticias, música, periódicos, revistas, redes sociales, etc.). Ten presente que el mundo te bombardea –quieras o no– con sus ideas y anti-valores a través de los medios. Según lo que consumas, así pensarás. Según lo que pienses, así actuarás. ¿Es necesario ajustar algo?
Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.
P. Ángel