Queridos hermanos:
En el evangelio de hoy Jesús se identifica claramente como el Hijo del Padre Dios, pero también como el “lugar” definitivo de la presencia de Dios en medio de su pueblo: Él es el templo de la Nueva Alianza. Los discípulos son capaces de entender esto sólo a la luz de la Resurrección, de las palabras de Jesús y de la Sagrada Escritura. ¿Conozco de primera mano que Jesús es el “lugar” definitivo de la presencia y de los cuidados del amor de Dios por sus criaturas? ¿Qué consecuencias se siguen de que yo forme parte del Cuerpo Místico de Cristo, que es el nuevo templo donde reside Dios?
Consejo de la semana: «En la vida de las parroquias y comunidades […] ¿se tiene la experiencia de que formamos parte de un solo cuerpo? ¿Un cuerpo que recibe y comparte lo que Dios quiere donar? ¿Un cuerpo que conoce a sus miembros más débiles, pobres y pequeños, y se hace cargo de ellos? ¿O nos refugiamos en un amor universal que se compromete con los que están lejos en el mundo, pero olvida al Lázaro sentado delante de su propia puerta cerrada? (cf. Lc 16,19-31)» (Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2015). Revisa lo que has compartido con los débiles, pobres y pequeños en lo que va de esta Cuaresma.
Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios les bendiga abundantemente.
P. Ángel