Queridos hermanos:
Durante la Cuaresma se nos ha invitado a fortalecer las prácticas que conducen a una fe activa que se manifiesta por medio de la caridad. Y a examinarnos para quitar de nuestra vida todo lo que apaga la fe, lo que nos lleva a apoyarnos en los medios humanos y no en Dios. Hoy el Evangelio nos presenta a María Magdalena y a Pedro y Juan como ejemplos de fe. Esa confianza dócil en el Señor los lleva a captar los signos de su presencia, que son signos de su amor. En el relato vemos tres signos: el sepulcro vacío, las vendas en el suelo y el sudario enrollado aparte. Captar los signos –que pasan desapercibidos a quien no cree– fortalece la fe y lleva a una experiencia del amor de Dios que despierta en nosotros el querer amarlo más. Al igual que sucedió con el discípulo que llegó primero al sepulcro, la Sagrada Escritura fortalecerá nuestra fe y la fe nos hará captar mejor los signos que nos permitirán entender mejor la Escritura.
Consejo de la semana: A partir de hoy y por cincuenta días hasta Pentecostés las lecturas de la Misa nos ayudarán a continuar nuestro recorrido de crecimiento en la fe atentos a los signos del amor de Dios por nosotros. Haz el propósito de meditarlas cada día por al menos media hora. Añade la explicación o comentario de alguna fuente católica autorizada, bien en libro impreso o en Internet. ¿Con qué signos externos concretos vas a celebrar la Resurrección de Jesús en tu casa y en tu comunidad?
Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios les bendiga abundantemente.
P. Ángel