Queridos hermanos:
El mandato misionero de Jesús incluye el bautismo “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28,19), el Dios Trinidad que debe ser anunciado y acogido en la vida de cada ser humano como comunión. El seguimiento de Jesús tiene como finalidad que la Trinidad que se nos comunica en cada sacramento desde que recibimos el Bautismo viva en nosotros con su modo de ser: en comunión. Esto supone dejarnos transformar, divinizar, para pasar de ser personas buenas que viven para sí mismas tratando de no hacer mal a los demás e incluso haciendo algunas obras buenas por el prójimo, a personas que viven al servicio del bien de los demás, es decir, personas en las que Dios que es Amor vive y actúa como actúa en la Trinidad. ¿Cómo hago presente en mi entorno la Trinidad que habita en mí? ¿Qué cambios me pide Dios para vivir en mi la comunión en la familia? ¿En la parroquia?
Consejo de la semana: Para dejar que Dios te divinice es indispensable practicar la lectura orante de la Palabra (Lectio divina) diariamente, y confesar y comulgar con frecuencia. También es indispensable abrirse generosa y desinteresadamente al servicio de los “pobres”, es decir, de aquellos con carencias en el cuerpo o en el espíritu, para que Dios pueda amarlos por nuestro medio. Te recomiendo vivamente que participes en algún grupo o ministerio parroquial como, por ejemplo: Lectio divina, lectores y monitores, Cáritas parroquial o Pastoral de la salud.
Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios les bendiga abundantemente.
P. Ángel