Queridos hermanos:
Llama la atención que ante el reiterado anuncio por parte de Jesús de su Pasión y Muerte –que desembocará en la Resurrección– los discípulos no entiendan. Y es que no pueden entender porque no le creen a Jesús, no se fían de Él. Ya habíamos visto hace varios domingos que para entender, para saber es necesario primero creer. Los discípulos no sólo no entienden cómo se va a desarrollar el mesianismo de Jesús, sino que están totalmente inmersos en el modo de pensar del mundo que se sitúa justo en lo opuesto a la lógica y el modo de actuar de Dios. Jesús quiere abajarse y servir. Los discípulos quieren subir y dominar. Para los hombres el poder está en la dominación, para Dios en el servicio. ¿Cómo vivo el poder en mi familia, trabajo, parroquia?
Consejo de la semana: Jesús nos propone hoy a un niño como modelo de cómo es Dios y de cómo debemos ser nosotros. Se refiere a la humildad, es decir, el reconocimiento de nuestra indigencia y absoluta dependencia de Dios. Santa Teresa de Jesús dijo: “Todo el cimiento de la oración va fundado en humildad, y mientras más se abaja un alma y se empequeñece en la oración, más la ensalza Dios («Moradas Séptimas», 4, 9). Te invito a reflexionar: ¿fundamento mi vida de oración en la humildad abriéndome a la voluntad de Dios, o rezo según la lógica del mundo tratando de que Dios haga lo que yo quiero?
Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios les bendiga abundantemente.
P. Ángel