Queridos hermanos:
El poder según el mundo se entiende como dominación sobre los demás, como camino hacia el éxito terreno y el prestigio. El poder según el evangelio se entiende como entrega amorosa al servicio de los hermanos. El modelo de esto es el propio Jesús. El siempre vivió así, pero sobre todo, su pasión y muerte fueron un servicio a la vida dando su propia vida. Jesús invita a sus discípulos —también a ti y a mi— a “negarse a sí mismos” (evangelio del domingo pasado) con el fin de alcanzar la libertad necesaria para una entrega generosa al servicio de los hermanos. ¿Cómo vives el poder en tu familia, en la parroquia? ¿Qué actitudes y acciones concretas muestran que vives el poder a la manera de Jesús?
Consejo de la semana: Te invito a escuchar la voz de Dios, que nos llama y envía a la misión; también a ti. Algunas ideas: (a) reflexiona, personal o comunitariamente sobre lo que implica ser apóstol de Jesús hoy, (b) profundiza en la vida de Santa Teresa del Niño Jesús o de San Francisco Javier, patronos de las misiones, (c) reza en familia el Rosario por las misiones y los misioneros, (d) cobra conciencia de la importancia de las vocaciones misioneras y haz el propósito de apoyarlas diariamente con tu oración y también con tu donativo, (e) llama o visita a una familia que necesite escuchar la Palabra de Dios o ser fortalecida en su fe, (f) medita sobre cómo puedes ser misionero en tu entorno social y laboral: concreta y realiza al menos dos acciones.
Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios les bendiga abundantemente.
P. Ángel