Queridos hermanos y hermanas:
La parábola del banquete del rey nos pone ante el futuro que Dios nos ofrece: nos invita a su mesa, nos ha destinado a la comunión festiva y gozosa, íntima y eterna con Él y con su Hijo. Rechazar la invitación al banquete es rechazar la vida en comunión con Él. Para participar del banquete es necesario un vestido nupcial. En lenguaje simbólico el vestido indica el estado completo de una persona, cómo la persona aparece ante Dios. La vida nueva del discípulo que se requiere para entrar al banquete se adquiere por la escucha de la enseñanza de Jesús y el hacer la voluntad del Padre. ¿Le doy importancia y valor a la invitación que me hace Jesús? ¿Cómo es mi traje de fiesta?
Consejo de la semana: San Juan Pablo II nos dijo en su carta sobre el Rosario de 2002: “La Iglesia ha visto siempre en esta oración una particular eficacia, confiando las causas más difíciles a su recitación comunitaria y a su práctica constante. En momentos en los que la cristiandad misma estaba amenazada, se atribuyó a la fuerza de esta oración la liberación del peligro y la Virgen del Rosario fue considerada como propiciadora de la salvación. Hoy deseo confiar a la eficacia de esta oración la causa de la paz en el mundo y la de la familia.” Ante la situación tan compleja de guerras y conflictos en el mundo actual, lejanos y cercanos, te invito a hacer de la recitación diaria del Santo Rosario tu arma para alcanzar la paz en el mundo y en cada familia. ¿Y por qué no participar de los rosarios en comunidad que tenemos este mes en la parroquia?
Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.
P. Ángel