Queridos hermanos y hermanas:
Este domingo celebramos la conmemoración de los fieles difuntos. Sobre la realidad de la muerte nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica: «Gracias a Cristo, la muerte cristiana tiene un sentido positivo. "Para mí, la vida es Cristo y morir una ganancia" (Flp 1, 21). "Es cierta esta afirmación: si hemos muerto con él, también viviremos con él" (2 Tm 2, 11). La novedad esencial de la muerte cristiana está ahí: por el Bautismo, el cristiano está ya sacramentalmente "muerto con Cristo", para vivir una vida nueva; y si morimos en la gracia de Cristo, la muerte física consuma este "morir con Cristo" y perfecciona así nuestra incorporación a El en su acto redentor» (no. 1010).
«La muerte es el fin de la peregrinación terrena del hombre, del tiempo de gracia y de misericordia que Dios le ofrece para realizar su vida terrena según el designio divino y para decidir su último destino. Cuando ha tenido fin "el único curso de nuestra vida terrena" (LG 48), ya no volveremos a otras vidas terrenas. "Está establecido que los hombres mueran una sola vez" (Hb 9, 27). No hay "reencarnación" después de la muerte» (no. 1013).
En nuestra oración dialoguemos con el Señor sobre nuestra muerte y nuestra vida en Cristo.
Consejo de la semana: Además de nuestra oración por los difuntos y la celebración de la Santa Misa, te invito a lucrar indulgencia plenaria esta semana y a ofrecerla por los fieles difuntos. En el boletín impreso (pacrired.org/Boletines) encontrarás la información necesaria para hacerlo.
Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.
P. Ángel