Queridos hermanos y hermanas:
En el evangelio de hoy las multitudes buscan algo más. Intuyen que la vida que llevan no es vida verdadera, vida en plenitud. En un lenguaje propio de la época, que mezcla lo espiritual y lo físico, se nos dice que los enfermos y los endemoniados buscaban frenéticamente a Jesús para que los liberara de sus males. Si hubieran pensado que era normal vivir así y no hubieran buscado sanación, si no hubieran buscado a Jesús, habrían quedado toda su vida así. Pero para los que buscan, la Buena Nueva es que el Reino presente en la persona de Jesús puede transformar sus vidas. ¿Eres de los “acostumbrados” o de los “buscadores”? ¿Cómo buscas a Jesús? ¿Dónde buscas a Jesús?
Consejo de la semana: Busca a Jesús en la media hora (mínimo) de oración diaria
apoyada en la Palabra, así como Jesús subía al monte de madrugada a encontrarse a solas con su Padre Dios. Búscalo en la confesión mensual (¿con qué frecuencia te confiesas?) y en la Eucaristía dominical o, si te es posible, diaria. Busca a Jesús en el servicio desinteresado atendiendo las necesidades de tu prójimo. ¿En qué ministerio parroquial de servicio a la comunidad participas?
Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.
P. Ángel