Queridos hermanos y hermanas:
Frente a la Palabra de Dios que nos cuesta vivir, los seres humanos oponemos resistencia y luego tratamos de justificar nuestra voluntad y criterios. Es lo que el evangelio de hoy llama “dureza de corazón”. Cuando la práctica religiosa a medias, superficial, a veces sólo exterior no nos permite contar con la fuerza y la sabiduría de Dios, vamos a actuar siempre según nuestros criterios y posibilidades humanas. Entonces la voluntad de Dios nos parece injusta. No nos damos cuenta de que así nos hacemos daño y se lo hacemos a los demás. La solución no está en ajustar la Palabra a nuestras posibilidades, sino en dejar que Dios nos capacite para vivir la Palabra en toda su profundidad. El caso que le presentan hoy a Jesús es el del hombre y la mujer, creados por Dios iguales en dignidad pero distintos y complementarios con el fin de que pudieran ser un solo ser viviente abierto a la vida en el matrimonio indisoluble. Ir contra el plan del Creador es ir contra nuestra propia naturaleza. ¿Mi práctica religiosa me permite vivir cada vez mejor en la voluntad de Dios expresada en su Palabra?
Consejo de la semana: Ha comenzado octubre, mes del Rosario y de las misiones. Haz el propósito de rezar cada día el Rosario meditando las escenas evangélicas de cada misterio. Y pide cada día en tu oración por los misioneros a tiempo completo y por cada bautizado para que todos respondamos a nuestra vocación misionera con una vida conforme a nuestra fe. Participa también en los Rosarios en comunidad que celebra la parroquia durante el mes. Las fechas y lugares los encuentras en el boletín.
Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.
P. Ángel