Queridos hermanos y hermanas:
En el pasaje de hoy, tomado de la Última Cena, Jesús se despide de sus discípulos dejándoles saber que regresa a su Padre. Lógicamente, ellos se preocupan y entristecen. Jesús les aclara que no es el final de su relación sino que, luego de su Pascua, la misma va a transformarse quedando fundamentada –para ellos y para nosotros– solo en la fe. A todos nos espera en la casa de su Padre –en el cielo– y el camino para llegar allá es el mismo Cristo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí» (Jn 14,6). Que Él es el camino significa que para llegar a la comunión con el Padre en la Trinidad es necesario vivir como Jesús vivió, amando y sirviendo como Él, amándonos unos a otros como Él nos amó (Jn 13,34). Como el Padre obra en Cristo, así Cristo obrará en el discípulo que se fía de Él y le obedece. ¿Podrán los demás verme como el enviado de Jesús viendo las obras que Él hace por medio de mi?
Consejo de la semana: Lee en el Catecismo de la Iglesia Católica los números 1691 al 1698 donde se explica lo que significa la vida en Cristo, es decir, el seguimiento de Cristo recorriendo el camino que es Él.
Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.
P. Ángel