Queridos hermanos y hermanas:
El evangelio según san Lucas del que está tomado el fragmento que se proclama hoy narra en paralelo la anunciación, el nacimiento y la circuncisión de Jesús y de Juan, el precursor. El encuentro entre María y su prima Isabel, ambas embarazadas, es un encuentro también entre sus hijos, pues la vida humana comienza en la concepción. Juan saltó de alegría y de gozo incontenible cuando sintió la presencia del Salvador en el seno de María. El júbilo del niño inspiró a Guido d`Arezzo a dar el nombre a las notas musicales según la primera sílaba de los siete versos de la primera estrofa del himno compuesto por él para la fiesta de San Juan: “Ut (cambiado luego por Do) queant laxis – Resonare fibris - Mira gestorum - Famuli tuorum - Solve polluti - Labii reatum, - Sancte Ioannes” (“Para que tus maravillosas obras puedan ser cantadas por los labios manchados, limpia sus manchas, San Juan”). Isabel y Zacarías obedecen la voluntad de Dios manifestada por el ángel, Dios les muestra su misericordia y los vecinos y parientes les felicitan. Pero su obediencia tiene repercusiones más allá de su tiempo y geografía en millones de seres humanos. ¿Me doy cuenta que la voluntad de Dios que se cumple en mí y a través de mí impacta también a millones de personas y, además, me permite experimentar la misericordia de Dios?
Consejo de la semana: Incluye hoy en tu oración una petición por la persona y ministerio de tu sacerdote y tu obispo, del Santo Padre y de todos los obispos y sacerdotes en el mundo. Necesitan el apoyo de tu oración y tu vida de entrega generosa a la voluntad de Dios para llevar a cabo la misión que Dios les ha encomendado. Incorpora esta costumbre a tu oración diaria.
Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.
P. Ángel