Queridos hermanos y hermanas:
Las parábolas de hoy dejan claro que el valor del “tesoro” y de la “perla” (a los que se asemeja el Reino de Dios) no se percibe plenamente hasta que se les encuentra y posee. ¿He tomado la decisión de buscar el Reino sin descanso, o todavía dudo que haya algo de más valor que lo que ya tengo y vivo? ¿Por qué cosas de menor o escaso valor he cambiado en mi vida (o estoy cambiando) el “tesoro” y la “perla”?
Consejo de la semana: Al acercarte a comulgar, prepara tu corazón para recibir al Señor con una profunda acción de gracias, tanto por lo que te da que te gusta como por lo que no te gusta, pues todo es para tu bien. Ofrécete con todo tu ser para que Jesús tome posesión de ti cuando lo recibas, tanto si lo recibes sacramentalmente como mediante una comunión espiritual.
Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.
P. Ángel