Parroquia Cristo Redentor

Blog del párroco

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  • 2020-06-24 10:47 AM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Hoy Jesús nos dice que no es posible seguirle a medias, desde la mediocridad del compromiso con los estilos y valores del mundo para “no complicarnos la vida” o pasar por “gente normal”. Su seguimiento es total o no es seguimiento. «El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí». Incluso los vínculos paterno-filiales adquieren su justo valor y constituyen un bien para la persona cuando están supeditados, configurados de manera nueva por la adhesión a Jesucristo. Ni la vida (como veíamos la semana pasada) ni los padres o hijos son un valor supremo; sólo Dios. ¿Cuál es el valor supremo en mi vida? ¿Cómo es mi seguimiento?

    Consejo de la semana: Lee y estudia los números 2373 al 2379 del Catecismo de la Iglesia Católica para que puedas explicar bien a otros la moralidad de algunas técnicas para combatir la infertilidad y esterilidad en el matrimonio.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-06-17 3:40 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Jesús sabe que como discípulos misioneros tendremos que enfrentar situaciones de hostilidad si queremos ser fieles a Él y perseverar en la fe. El evangelio de hoy menciona tres: el rechazo ante la proclamación de la Palabra, el peligro de nuestra integridad física y las presiones para negar nuestra pertenencia a Jesús. La reacción lógica que esto produce es el miedo. Por eso hoy nos dice por tres veces «no tengáis miedo» (vv. 26,28,31) dejando claro que todo lo que nos sucede es conocido, determinado, permitido y conducido por nuestro Padre del Cielo. ¿Estamos dispuestos a testimoniar nuestra fe por encima de las presiones sociales?

    Consejo de la semana: Te invito a revisar con qué frecuencia acudes al sacramento de la Confesión o Reconciliación. ¿Esta frecuencia le permite a Cristo ponerse a tu servicio para llegar a sanarte y poco a poco fortalecerte y hacerte como Él? ¿Has hablado de esto con Cristo antes? ¿Qué te diría hoy? ¿Qué le dices tú?

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-06-11 6:09 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    «El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna» (Jn 6,54). Comulgamos para recibir como don la vida de Dios, la vida eterna, pero no basta con comulgar. Es necesario comulgar y no oponer resistencia a ser asumidos en la comunión con Dios: es necesario un proceso que llamamos conversión, mediante el cual permitimos que Dios nos haga ser como Él (“volver a nacer de Dios”). Por eso Jesús habla de “comer” y “beber”, y no de “tragar”, indicando con ello un proceso de asimilación y nutrición. En este proceso es clave la oración (relacionarse con Dios para dejarse guiar por Él) y los sacramentos (dejarse sanar y alimentar continuamente por Dios). También es indispensable que se manifieste la comunión con Dios en nuestras relaciones, en nuestro amar con acciones concretas, pasando de nuestro egoísmo a amar como Dios nos ama (“como Cristo nos amó”). ¿Quiero realmente comulgar o sólo me interesa tragar? ¿Recuerdo que he comulgado cuando llega el momento de dejar actuar a Cristo en mi vida?

    Consejo de la semana: En la presentación de los dones se nos invita a poner junto al pan y al vino, en la procesión y en el altar, nuestros dones personales, comenzando por nuestras personas. La oración sobre las ofrendas presenta formalmente estos dones a Dios. Antes de venir a la Misa piensa en algunos de los dones que vas a colocar espiritualmente sobre el altar. Así nunca vendrás a Misa con las manos “vacías”. Y siempre saldrás con las manos “llenas”.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-06-03 2:24 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    La gracia del Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros” (2 Cor 13,13). Hoy celebramos el misterio central de nuestra fe: un Dios que es familia de personas, tres personas, un sólo Dios; la Santísima Trinidad. Dios es uno pero no solitario. Su esencia es ser comunión en el amor. La salvación consiste en vivir en la comunión de la Trinidad, y esto es posible gracias al Espíritu Santo que se nos ha dado y que es la corriente infinita de amor divino entre el Padre y el Hijo. No puedo vivir la comunión en solitario. Debo servir y ser servido, amar y ser amado. Para esto he sido creado, a imagen y semejanza de Dios. No encontraré plenitud ni felicidad fuera de la comunión con Dios y los hermanos. ¿Es mi relación con Dios individualista?

    Consejo de la semana: Estamos llamados a hacer vida la comunión que Dios nos dona, manejando los dones para el servicio mutuo en la comunidad parroquial –«casa de la comunión»– como pecadores que van aprendiendo a hacerlo según la voluntad de Dios y en comunión con los hermanos que también están aprendiendo –«escuela de la comunión»– (cfr. San Juan Pablo II, Novo millennio ineunte 43). Los ministerios en la parroquia deben ser escuela de virtudes que choca frontalmente con el mundo materialista, consumista, hedonista, utilitario, deshumanizante (manipulador de las personas como si fueran cosas). ¿Por qué no participar en algún ministerio en la parroquia? ¿Por qué no animar a otros a participar?

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-05-27 3:01 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    El Espíritu Santo, cuyo envío por parte del Padre y del Hijo hoy celebramos, es quien hace posible el plan de salvación de Dios. Nos transforma desde dentro dándonos la vida divina y haciendo posible la comunión con Dios y entre nosotros. Es tan grande este Don increado de la vida divina que para disfrutarla necesitamos que el mismo Dios nos haga "nacer de nuevo", es decir, nos de una nueva forma de ser. Es un proceso que requiere paciencia y obediencia de nuestra parte. ¿Puedo decir que estoy haciendo lo que me corresponde para que esto se de? ¿Cómo puedo colaborar mejor para acelerar el proceso?

    Consejo de la semana: Arrodillarse es un gesto de adoración. El que no tenga impedimento para arrodillarse debe hacerlo durante la consagración, es decir, desde que el celebrante invoca el Espíritu Santo colocando las manos sobre el cáliz y la patena hasta la aclamación “Este es el sacramento de nuestra fe”. El que no pueda arrodillarse debe hacer una inclinación profunda después de la consagración del pan y otra después de la consagración del vino, justo en los momentos en que el sacerdote hace la genuflexión.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-05-21 4:20 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Cuando comenzó la Pasión de Jesús todos los discípulos interrumpieron el seguimiento: Judas lo traicionó, Pedro lo negó tres veces y los otros diez huyeron. Pero Jesús sanó la herida provocada por la ruptura del seguimiento. Al momento de su Ascensión no llamó a otros discípulos, sino a los mismos que le fallaron en la prueba de la Pasión. Los convocó para la misión y les aseguró su asistencia continua y poderosa. Lo mismo hace contigo y conmigo, a pesar de nuestra infidelidad. ¿Cómo estamos tu y yo llevando a cabo la misión de evangelizar –de impregnar de los criterios, estilos, metas, acciones de Cristo– al mundo?

    Consejo de la semana: A todos nos gusta que al llegar a un lugar –especialmente a la parroquia– nos reciban cordialmente, nos hagan sentir “en casa” y estén atentos para ayudarnos si necesitamos algo. Muchas veces nos quejamos de que nuestras parroquias no son hospitalarias. Es necesario tomar conciencia de que dar la bienvenida a quienes llegan por primera vez a la parroquia no sólo es trabajo de los hermanos asignados para el ministerio de hospitalidad o de bienvenida. Es responsabilidad de todos. Al llegar al templo, busca a alguien que no hayas conocido antes. Extiéndele la mano, preséntate y toma unos minutos para darle la bienvenida a su hogar parroquial, la casa de Dios.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-05-13 6:02 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    La semana pasada Jesús se despedía de los discípulos para regresar al Padre donde vive y quiere que vivamos también nosotros. Ya nos explicó que Él es el camino a seguir, camino que se recorre fiándonos de Él y obedeciéndole (guardando sus mandamientos; Jn 14,15). Pero como en el mundo hay muchos peligros en el camino del “amar como Cristo” y podemos salirnos de ruta, hoy nos asegura que enviará de junto al Padre al Espíritu Santo para que sea nuestro guía y defensor. Es lo que celebraremos próximamente en la fiesta litúrgica de Pentecostés. El Espíritu hace presente al Padre y al Hijo en los discípulos de todos los tiempos, porque es el Amor entre ellos: «Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre, y vosotros conmigo y yo con vosotros» (Jn 14,20). Es Él quien nos permite recorrer el camino que es Cristo y morar cada vez más plenamente en la casa del Padre. ¿Conozco al Espíritu? “Conocer” no significa saber quién es sino conocer por experiencia vital al Espíritu. ¿Qué se opone en mí a un “conocimiento” más pleno?

    Consejo de la semana: Lee en el Catecismo de la Iglesia Católica los números 1830 al 1832 donde se habla de los dones y los frutos del Espíritu Santo. Como preparación a Pentecostés, revisa cada uno de ellos y mira a ver si puedes reconocerlo en tu vida.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-05-07 5:25 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    En el pasaje de hoy, tomado de la Última Cena, Jesús se despide de sus discípulos dejándoles saber que regresa a su Padre. Lógicamente, ellos se preocupan y entristecen. Jesús les aclara que no es el final de su relación sino que, luego de su Pascua, la misma va a transformarse quedando fundamentada –para ellos y para nosotros– solo en la fe. A todos nos espera en la casa de su Padre –en el cielo– y el camino para llegar allá es el mismo Cristo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí» (Jn 14,6). Que Él es el camino significa que para llegar a la comunión con el Padre en la Trinidad es necesario vivir como Jesús vivió, amando y sirviendo como Él, amándonos unos a otros como Él nos amó (Jn 13,34). Como el Padre obra en Cristo, así Cristo obrará en el discípulo que se fía de Él y le obedece. ¿Podrán los demás verme como el enviado de Jesús viendo las obras que Él hace por medio de mi?

    Consejo de la semana: Lee en el Catecismo de la Iglesia Católica los números 1691 al 1698 donde se explica lo que significa la vida en Cristo, es decir, el seguimiento de Cristo recorriendo el camino que es Él.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-04-29 7:31 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Dice Jesús: «os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas» (Jn 10,1-2). Y más adelante aclara dos veces «Yo soy la puerta» (Jn 10,7.9). Entrar por la puerta que es Jesús significa amar como Jesús ama, un amor que se pone al servicio de los demás para buscar su bien. El que no hace esto es porque tiene su propia agenda y está buscando algo que no es el bien de las ovejas. Por eso Jesús lo llama “ladrón y bandido”. En una verdadera comunidad católica todos tenemos que entrar por la puerta. Resistirnos a hacerlo nos delata: no nos interesa amar al prójimo; es otra cosa lo que estamos buscando. Y el resultado es que –aún con buenas intenciones– hacemos estrago en la comunidad: somos portadores de muerte. Sólo amando con Cristo le permitimos darnos vida y dar vida a los demás por medio de nosotros.

    Consejo de la semana: En este domingo la Iglesia Católica recuerda a los llamados al sacerdocio ministerial para configurarse más plenamente con Cristo Buen Pastor. Es día para orar por los sacerdote, obispos, por el Santo Padre, y por los llamados al sacerdocio, especialmente los que ya son seminaristas. ¿Qué tal si de hoy en adelante incluyes esta intención en tu encuentro diario de oración con Dios?

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-04-24 3:51 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Ante situaciones y acontecimientos que nos defraudan, nos frustran o nos hacen sufrir porque no son como nos parece que deben ser, Jesús –como hizo con los discípulos de Emaús– nos invita a no darle más vueltas con lógicas y argumentos humanos –a no perder el tiempo en conversaciones y discusiones estériles–, sino a dejar que la Sagrada Escritura nos abra los ojos para ver las cosas según la lógica salvífica de Dios. Si no entramos en esta pedagogía divina, no seremos capaces de reconocer a Jesús en la fracción del pan –en la Eucaristía– ni seremos capaces de dar testimonio a nuestros hermanos anunciando su presencia en medio nuestro. ¿Dejo que Jesús me explique las Escrituras diariamente mediante la Lectio divina? ¿Es cada vez más la Misa una experiencia de encuentro personal con Jesús vivo? ¿En qué punto del camino espiritual de los discípulos de Emaús me encuentro?

    Consejo de la semana: Haz el propósito de dejar que la voluntad de Dios se cumpla en tu vida sin reservas ni condiciones, en lo grande y lo pequeño. Pídele ayuda cada día para que no deje que hagas nada que sabes que es contrario a Su voluntad y para que hagas todo lo bueno que Dios te deja ver que quiere de ti.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

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