Parroquia Cristo Redentor

Blog del párroco

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  • 2020-05-13 6:02 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    La semana pasada Jesús se despedía de los discípulos para regresar al Padre donde vive y quiere que vivamos también nosotros. Ya nos explicó que Él es el camino a seguir, camino que se recorre fiándonos de Él y obedeciéndole (guardando sus mandamientos; Jn 14,15). Pero como en el mundo hay muchos peligros en el camino del “amar como Cristo” y podemos salirnos de ruta, hoy nos asegura que enviará de junto al Padre al Espíritu Santo para que sea nuestro guía y defensor. Es lo que celebraremos próximamente en la fiesta litúrgica de Pentecostés. El Espíritu hace presente al Padre y al Hijo en los discípulos de todos los tiempos, porque es el Amor entre ellos: «Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre, y vosotros conmigo y yo con vosotros» (Jn 14,20). Es Él quien nos permite recorrer el camino que es Cristo y morar cada vez más plenamente en la casa del Padre. ¿Conozco al Espíritu? “Conocer” no significa saber quién es sino conocer por experiencia vital al Espíritu. ¿Qué se opone en mí a un “conocimiento” más pleno?

    Consejo de la semana: Lee en el Catecismo de la Iglesia Católica los números 1830 al 1832 donde se habla de los dones y los frutos del Espíritu Santo. Como preparación a Pentecostés, revisa cada uno de ellos y mira a ver si puedes reconocerlo en tu vida.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-05-07 5:25 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    En el pasaje de hoy, tomado de la Última Cena, Jesús se despide de sus discípulos dejándoles saber que regresa a su Padre. Lógicamente, ellos se preocupan y entristecen. Jesús les aclara que no es el final de su relación sino que, luego de su Pascua, la misma va a transformarse quedando fundamentada –para ellos y para nosotros– solo en la fe. A todos nos espera en la casa de su Padre –en el cielo– y el camino para llegar allá es el mismo Cristo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí» (Jn 14,6). Que Él es el camino significa que para llegar a la comunión con el Padre en la Trinidad es necesario vivir como Jesús vivió, amando y sirviendo como Él, amándonos unos a otros como Él nos amó (Jn 13,34). Como el Padre obra en Cristo, así Cristo obrará en el discípulo que se fía de Él y le obedece. ¿Podrán los demás verme como el enviado de Jesús viendo las obras que Él hace por medio de mi?

    Consejo de la semana: Lee en el Catecismo de la Iglesia Católica los números 1691 al 1698 donde se explica lo que significa la vida en Cristo, es decir, el seguimiento de Cristo recorriendo el camino que es Él.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-04-29 7:31 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Dice Jesús: «os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas» (Jn 10,1-2). Y más adelante aclara dos veces «Yo soy la puerta» (Jn 10,7.9). Entrar por la puerta que es Jesús significa amar como Jesús ama, un amor que se pone al servicio de los demás para buscar su bien. El que no hace esto es porque tiene su propia agenda y está buscando algo que no es el bien de las ovejas. Por eso Jesús lo llama “ladrón y bandido”. En una verdadera comunidad católica todos tenemos que entrar por la puerta. Resistirnos a hacerlo nos delata: no nos interesa amar al prójimo; es otra cosa lo que estamos buscando. Y el resultado es que –aún con buenas intenciones– hacemos estrago en la comunidad: somos portadores de muerte. Sólo amando con Cristo le permitimos darnos vida y dar vida a los demás por medio de nosotros.

    Consejo de la semana: En este domingo la Iglesia Católica recuerda a los llamados al sacerdocio ministerial para configurarse más plenamente con Cristo Buen Pastor. Es día para orar por los sacerdote, obispos, por el Santo Padre, y por los llamados al sacerdocio, especialmente los que ya son seminaristas. ¿Qué tal si de hoy en adelante incluyes esta intención en tu encuentro diario de oración con Dios?

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-04-24 3:51 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Ante situaciones y acontecimientos que nos defraudan, nos frustran o nos hacen sufrir porque no son como nos parece que deben ser, Jesús –como hizo con los discípulos de Emaús– nos invita a no darle más vueltas con lógicas y argumentos humanos –a no perder el tiempo en conversaciones y discusiones estériles–, sino a dejar que la Sagrada Escritura nos abra los ojos para ver las cosas según la lógica salvífica de Dios. Si no entramos en esta pedagogía divina, no seremos capaces de reconocer a Jesús en la fracción del pan –en la Eucaristía– ni seremos capaces de dar testimonio a nuestros hermanos anunciando su presencia en medio nuestro. ¿Dejo que Jesús me explique las Escrituras diariamente mediante la Lectio divina? ¿Es cada vez más la Misa una experiencia de encuentro personal con Jesús vivo? ¿En qué punto del camino espiritual de los discípulos de Emaús me encuentro?

    Consejo de la semana: Haz el propósito de dejar que la voluntad de Dios se cumpla en tu vida sin reservas ni condiciones, en lo grande y lo pequeño. Pídele ayuda cada día para que no deje que hagas nada que sabes que es contrario a Su voluntad y para que hagas todo lo bueno que Dios te deja ver que quiere de ti.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-04-15 5:08 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    El apóstol Tomás no acepta el testimonio de los otros discípulos sobre el Resucitado. Él pone sus condiciones para aceptar el hecho: pide verlo y tocarlo. Pero Jesús no quiere que nadie quede excluido del gozo pascual, de participar en su victoria sobre el pecado y la muerte. Por eso trata a Tomás con misericordia –buscando su bien y su felicidad por encima de todo– y le concede lo que pide. Sin embargo, nos deja claro a los discípulos de todos los tiempos que la fe no puede depender de las condiciones que cada uno quiera poner. Por eso serán dichosos los que “crean sin haber visto”. Esta fe se logra por medio del testimonio del Evangelio y de la predicación de la Iglesia. Dios nos muestra su misericordia cuando nos dejamos educar y modelar por su Palabra para vivir la vida del Resucitado. Nosotros mostramos la misericordia de Dios a los demás cuando nuestra vida manifiesta la victoria del Resucitado sobre el pecado y la muerte.

    Consejo de la semana: En este domingo de la Divina Misericordia te propongo llevar a cabo una de las 14 obras de misericordia corporales y espirituales como signo de que el Resucitado está vivo y actuando entre nosotros.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-04-10 1:57 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    «Vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura» (Juan 20, 8-9). Las palabras de la Escritura se nos aclaran cuando vemos la acción de Dios en nosotros y nuestro entorno. Y a la inversa, la Escritura acogida y meditada nos permite reconocer a Dios en nuestra vida y en los acontecimientos. Es indispensable la conexión entre Palabra acogida y Palabra vivida, entre voluntad de Dios asumida en la oración y vivida en la práctica. Cuando falta o está débil una de las dos se nos dificulta e incluso imposibilita la fe. San Juan Pablo II nos dice en su Carta al comienzo del nuevo milenio que «es necesario, en particular, que la escucha de la Palabra se convierta en un encuentro vital, en la antigua y siempre válida tradición de la Lectio divina, que permite encontrar en el texto bíblico la palabra viva que interpela, orienta y modela la existencia» (no. 39). Ojalá que este recorrido realizado desde que inició la Cuaresma nos deje como fruto permanente la práctica de la oración apoyada en la Escritura.

    Consejo de la semana: Haz examen y repasa lo que has logrado a lo largo de estos días de Cuaresma y Semana Santa con tu esfuerzo, oración, sacrificio, silencio y servicio. ¿En qué puntos ves una mejoría? ¿En qué puntos habría que continuar trabajando de ahora en adelante? ¿Qué participación más plena en la Pascua de Cristo hay que agradecer y celebrar hoy y durante el tiempo pascual?

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-04-02 4:16 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    «¿No habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu es decidido, pero la carne es débil» (Mateo 26, 40-41). Mientras aguarda el momento de la prueba suprema de su Pasión, en la que deberá vencer por medio del amor todo el mal que puede enfrentar una persona, Jesús nos enseña a vencer la tentación, bien de combatir el mal o de buscar un bien aparente a base de obrar mal, o sea, de obrar fuera de la voluntad de Dios. Esta tentación no se vence con nuestras fuerzas o capacidades –«la carne es débil»– sino con el poder de Dios, que es amor, actuando en nuestro espíritu. Por ello es indispensable mantener abierta la comunicación con Dios, la conciencia de estar en comunión con Él y la disponibilidad para que Él actúe en y por medio nuestro. Eso sólo se logra con la vigilancia y la oración. Vigilancia y oración se complementan y refuerzan. La vigilancia nos mantiene despiertos a la presencia y acción de Dios. La oración ilumina nuestra mente con la verdad divina y transforma nuestro corazón para que, superando nuestras limitaciones, defectos y los efectos del pecado, seamos capaces de vivir en la voluntad de Dios. Es necesario seguir el consejo de Jesús si realmente queremos ser santos.

    Consejo de la semana: Hoy y a lo largo de toda esta semana, practica la vigilancia refiriendo conscientemente a Dios todas las cosas, las que te gustan y las que no te gustan, las que son según tus deseos y las que no, pues detrás de todo está Dios Providente que lo permite para tu bien.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-03-27 2:55 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    El domingo pasado vimos que para conocer a Dios es necesario dejar que nos abra los ojos de la fe para captar su obra en nosotros y nuestro entorno. Esta experiencia de Dios fortalece nuestra fe, nos lleva a confiar en Él sobre todo ante lo que no entendemos o queremos. Limitados como somos, se nos hace difícil abrirnos a la manera de actuar de Dios, que siempre nos supera. Devolviendo a Lázaro a la vida, Jesús supera las expectativas de Marta, quien está segura de que ya no verá a su hermano hasta la resurrección final: «sé que resucitará en la resurrección del último día». El signo de Jesús es la confirmación en acto de sus palabras: «Yo soy la resurrección y la vida». Sólo el que es la Vida puede dar vida, tanto la vida natural como la vida divina. Pero, como le aclara Jesús a Marta, sólo el que cree ve la gloria de Dios.

    Consejo de la semana: Te propongo hoy domingo que de ahora en adelante, como muestra de tu agradecimiento a Dios –porque todo lo que eres, posees y vives es un don de su infinito amor por ti– lo último que hagas antes de irte a dormir cada día sea acudir a Él dedicándole uno o dos minutos para repasar lo que sucedió ese día, dándole gracias por sus regalos, pidiéndole perdón por lo que no fue según Su voluntad y pidiendo que el próximo día sea mejor en su seguimiento.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-03-20 3:45 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Cuando nos dejamos envolver en el torbellino de la vida: trabajo, estudio, entretenimiento, viajes, comidas, pasatiempos, etc. y no sacamos tiempo para estar diariamente un buen rato a solas con Dios en el silencio y la oración (Santa Teresa de Calcuta dice que el fruto del silencio es la oración), nos sucede lo que le pasa a los judíos con el ciego de nacimiento curado por Jesús: no se capta a Dios actuando en nuestra vida y entorno. Cuando nos apoyamos en nuestras fuerzas, conocimientos y capacidades para buscarlo, no “vemos” a Dios. Cuando nos abrimos a Él poniendo en sus manos el Tiempo, los Talentos y el Tesoro que Él nos ha dado, podemos captar sus manifestaciones. Los judíos están ciegos: para ellos Jesús es un pecador porque curó un sábado. El ciego curado, por el contrario, no sólo ve ahora con sus ojos naturales, sino también con los ojos de la fe: es capaz de captar que sólo alguien que viene de parte de Dios puede hacer lo que Jesús hizo por él; es capaz de “ver” a Dios en Jesús.

    Consejo de la semana: Te propongo que de ahora en adelante, como muestra de tu agradecimiento a Dios –porque todo lo que eres, posees y vives es un don de su infinito amor por ti– lo primero que hagas tan pronto despiertas cada día sea acudir a Él para darle gracias y luego dediques unos tres minutos para recogerte en su presencia antes de comenzar tu día y consagrarte a Él.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-03-13 4:55 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Si conociéramos el don de Dios, es decir, si supiéramos por experiencia quien es Dios, no andaríamos por la vida buscando donde no se encuentra el «agua viva» que todo ser humano anhela, aún sin saberlo, porque ha sido creado por Dios para alcanzar su plenitud saciándose de ella. Jesús nos aclara que si bebemos de un agua que no es el «agua viva» siempre tendremos sed; nunca nos saciaremos. Esta «agua viva», sobre la que habla el relato partiendo de la realidad de la sed natural de Jesús junto al pozo de Sicar, representa la vida divina que Dios nos quiere regalar. No la podemos conseguir nosotros, no importa los medios ni el esfuerzo que empleemos. El «agua viva» sólo se puede recibir como don de Dios. Todo nuestro esfuerzo será únicamente para abrirnos a Dios y permitirle dárnosla. La invitación de Jesús hoy es a poner en ello todo nuestro esfuerzo en lugar de buscar aguas que nunca nos saciarán. El mismo Jesús señala a la samaritana un ejemplo de estas aguas al decirle: «tienes razón que no tienes marido: has tenido ya cinco, y el de ahora no es tu marido». Sin Dios nada es suficiente. Sólo Dios basta.

    Consejo de la semana: Reconoce y agradece como don de Dios a tu familia (esposo, esposa, hijos, padres, nietos, etc.). Dedica hoy tiempo de calidad a estar con ellos y déjales saber que son un don para ti. Piensa también si tú te comportas como un don de Dios para ellos. ¿En qué se puede mejorar? Quizás ellos te pueden sugerir. Pregúntales. Atrévete.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

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