Todo estaba listo el sábado 10 de agosto a las 10 am para acoger a nuestros enfermos, envejecientes y personas con necesidades especiales. El templo estaba bellísimo y alegre, adornado con flores naturales amarillas. El guión del monitor preparado especialmente para la ocasión. La liturgia era de la fiesta de San Lorenzo, diácono y mártir. El salón parroquial también estaba a punto con las mesas colocadas y decoradas, la comida dispuesta para servirse a nuestros invitados.
Fue una mañana en la que sentimos la presencia del Señor. En el templo se dieron cita muchos hermanos y hermanas de la comunidad parroquial para celebrar la Eucaristía junto a nuestros invitados especiales. Dentro de la Santa Misa se oró individualmente por cada uno que lo solicitó y se administró la Unción de los enfermos a aquellos con enfermedad grave o edad avanzada que lo pidieron. Al hilo de las lecturas de la Misa, P. Ángel habló sobre la figura de San Lorenzo y su ministerio al servicio de los pobres y necesitados en la Iglesia de Roma, y cómo hemos de aprender a ser generosos, tanto en el dar a los otros como en el recibir de los demás.
En el salón, la comida estuvo muy sabrosa y abundante, y el compartir fraterno muy alegre. Nadie se quería marchar.
Felicitamos a todos los que aportaron de su tiempo, su talento, su tesoro y su presencia personal para hacer de esta actividad una memorable. En particular a los Ministros extraordinarios de la Comunión y al Ministerio de Pastoral de la salud.
Estemos pendientes cuando se anuncie la fecha de la próxima, ya que esta celebración se lleva a cabo en nuestra parroquia dos veces al año, en febrero y en agosto.
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