Parroquia Cristo Redentor

Blog del párroco

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  • 2021-01-28 5:48 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    En una escena dramática el evangelista Marcos nos presenta un enfrentamiento entre Jesús y los demonios nada menos que en una sinagoga. Dos veces en el pasaje se nos dice que Jesús enseña con autoridad, es decir, que su palabra tiene efectos inmediatos; no sólo se escucha sino que se ve. En la mentalidad hebrea, el espíritu inmundo es lo adverso a Dios. Jesús demuestra que tiene poder para someter estas fuerzas del mal, liberando a las personas de ellas. Jesús puede y quiere liberarme de todo lo que se opone a Dios en mi vida, de todo lo que impide o retrasa mi santidad. ¿Cómo hago para expulsar todo poder extraño sobre mí y dejar que sólo Dios mande en mi vida, viviendo la libertad de los hijos de Dios?

    Consejo de la semana: Durante la celebración de la Eucaristía, trata de escucharte y de entender el significado de las palabras que pronuncias para decirlas no sólo con tu voz, sino con todo tu ser. Escúchate pronunciar “Te alabamos, Señor”, “Ven, Señor, Jesús”, “No soy digno de que entres en mi casa”, “Padre nuestro, que estás en el cielo”. Cobra conciencia de que estás en la presencia de Aquél a quien le hablas. Haz el esfuerzo por participar junto a toda la asamblea, a una sola voz, desechando las respuestas mecánicas, de prisa y sin pensar.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2021-01-21 7:18 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Jesús pide la conversión (metanoia en griego) y creer la Buena Noticia porque el Reino de Dios se ha acercado. El reinado de Dios significa su actuar como Rey y Pastor de su pueblo. Es decir, en Jesús Dios se ocupa de su pueblo –de cada uno– con un cuidado amoroso para guiarlo a la plenitud de la vida. Esta es la Buena Noticia en la que hemos de creer. Pero para creer, para fiarnos de Jesús y dejar que nos cuide es necesaria la conversión. Convertirse no es sólo arrepentirse de los pecados y cambiar de conducta; significa un giro de vida: un ver todas las cosas con nuevos ojos, desde nuevas perspectivas, desde los nuevos valores y principios que Jesús revela en el Evangelio. El cambio de conducta será consecuencia de esto. ¿Noto que se da en mi vida este progresivo giro de vida al que Jesús me invita? La conversión es fruto del seguimiento de Jesús, de cultivar la comunión de vida con Él. ¿De qué manera concreta cultivo diariamente mi comunión con Jesús?

    Consejo de la semana: En estas primeras semanas del nuevo año es necesario proponerse seriamente recorrer un camino de crecimiento espiritual, dejando al Señor actuar mas en nosotros, cambiando aquello que en nuestro modo de vivir se lo impide. Te invito a meditar sobre la proporción de tiempo que dedicas a servir a los demás sin esperar nada a cambio versus el tiempo que dedicas a tus cosas. ¿Cómo podrías servir más generosamente a Cristo en el prójimo?

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2021-01-15 11:15 AM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    El evangelio de hoy está atravesado de manera muy viva por el intercambio intenso de miradas: de Juan hacia Jesús (v. 35); de Jesús a los dos discípulos (v. 38); de los discípulos a Jesús (vv. 38-39); y finalmente es Jesús el que dirige nuevamente su mirada a nosotros, en la persona de Pedro (v. 42). El evangelista utiliza verbos diferentes, pero todos cargados de distintos matices, de intensidad; no se trata de miradas superficiales, distraídas, fugaces, sino más bien de contactos profundos, intensos, que parten del corazón, del alma. Es así que Jesús, el Señor, mira a sus discípulos y nos mira a nosotros; es así también que nosotros deberíamos aprender a mirarlo a Él. ¿Tengo los ojos del corazón totalmente abiertos como para comenzar a ver lo que realmente sucede dentro de mí y a mi alrededor, y para reconocer en cada acontecimiento la presencia del Señor?

    Consejo de la semana: Los ocho días desde el 18 al 25 de enero la Iglesia Universal celebra cada año el octavario de oración por la unidad de los cristianos. Vamos a unirnos a los cristianos de todo el mundo para pedir el pleno cumplimiento de las palabras del Señor en la Última Cena: “Padre santo, guarda en tu nombre a aquellos que me has dado para que sean uno como nosotros (Jn 17,11). Que la unidad de los que creen en Cristo sea una intención en nuestra oración diaria esta semana y a lo largo de todo el año.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2021-01-05 11:16 AM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Jesús inicia su vida pública haciéndose bautizar por Juan. En la escena se hace presente la Santísima Trinidad: el Padre habla desde el cielo, el Espíritu desciende como una paloma y Jesucristo se hace bautizar. El Mensajero y el Mensaje nos dice con esto que quiere hacerse en todo semejante a nosotros. No en el pecado, pero sí en las consecuencias del pecado, de todos los pecados de la humanidad. Por eso entra en el Jordán como si fuera un pecador. No tiene culpa alguna, pero quiere experimentar lo mismo que nosotros, pecadores, que sí las tenemos. Acoge la voluntad de su Padre con todo lo que es, puede y tiene, incluso su divinidad –todo recibido del Padre– para comunicarnos al Padre, ponernos en comunión con Él en el Espíritu Santo.

    Consejo de la semana: Iniciamos el Adviento con la invitación a estar vigilantes a las llamadas y mensajes de Dios, lo que implica dejarnos convertir. Concluimos la Navidad con la invitación a madurar en este proceso lo necesario para poder, como Jesús, poner todo lo que hemos recibido de Dios al servicio de comunicar a Dios a los demás. Hoy es buen momento para evaluar cuánto hemos adelantado en este Adviento y Navidad. Y para planificar qué haremos de ahora en adelante.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2021-01-05 11:07 AM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    La Epifanía es una de las fiestas litúrgicas más antiguas, más aún que la misma Navidad. Comenzó a celebrarse en Oriente en el siglo III y en Occidente se la adoptó en el curso del IV. Epifanía, voz griega que a veces se ha usado como nombre de persona, significa "manifestación", pues el Señor se reveló a los paganos en la persona de los magos. Tres misterios se suelen celebrar en esta sola fiesta, por ser tradición antiquísima que sucedieron en una misma fecha aunque no en un mismo año; estos acontecimientos salvíficos son la adoración de los magos, el bautismo de Cristo por Juan y el primer milagro que Jesucristo, por intercesión de su madre, realizó en las bodas de Caná y que, como lo señala el evangelista Juan, fue motivo de que los discípulos creyeran en su Maestro como Dios. Para los occidentales, que aceptaron la fiesta alrededor del año 400, la Epifanía es popularmente el día de los reyes magos. El verdadero rey que debemos contemplar en esta festividad es el pequeño Jesús. La estrella condujo a los magos junto al Niño Divino, al que buscaban para adorarlo. Los magos supieron utilizar sus conocimientos —en su caso, la astronomía de su tiempo— para descubrir al Salvador, prometido por medio de Israel, a todos los hombres. ¿Qué recursos utilizo yo para llegar al encuentro personal con Jesús? ¿Qué me impide reconocer la “estrella” que Dios hace brillar para guiarme? ¿Estoy dispuesto a hallar al Niño en la humildad del “pesebre”?

    Consejo de la semana: Te invito a meditar en el silencio de tu oración personal qué desearías ofrecerle al Niño como regalo este día. Pregúntale también a Jesús qué es lo que Él desea que le regales, que le entregues. No olvides que lo que le niegas a Jesús te lo niegas a ti mismo, y lo que le entregas a Jesús te lo das a ti mismo.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-12-31 6:05 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    «La Palabra era Dios… y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros» (Jn 1, 1.14). El Hijo de Dios es el Mensajero y el Mensaje. Un mensaje divino en forma humana para que pueda ser entendido y acogido por nosotros los seres humanos. Sin embargo, «vino a su casa, y los suyos no lo recibieron» (Jn 1, 11). Dios pone todo de su parte para que podamos responder, pero la respuesta depende de nuestra libertad. Si no queremos escuchar, si queremos escuchar sólo lo que nos conviene, si queremos interpretar el mensaje a nuestro modo, reducirlo a dimensiones humanas, si nos empeñamos en acogerlo con nuestras solas capacidades sin dejarnos convertir, transformar por Dios, para que el mensaje divino pueda también vivir en nuestra humanidad, entonces lo perdemos todo, frustramos la razón de nuestra existencia y nunca seremos felices. Entonces no tendremos Navidad. Sólo podremos decir “felices fiestas” sin saber realmente de qué se trata. «Pero a cuantos lo recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre» (Jn 1, 12). La fe –confiar y obedecer– hace posible lo imposible, porque «para Dios todo es posible» (Mt 19, 26).

    Consejo de la semana: Revisa cómo vas en tu práctica del examen de conciencia diario. Si todavía no lo logras, ponle un poco más de esfuerzo y cuidado. Acude a un sacerdote si encuentras dificultades o tienes dudas.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-12-31 5:57 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Al comenzar un nuevo año civil damos gracias a Dios por bendecirnos continuamente: por su fidelidad a pesar de nuestras infidelidades, por su bondad a pesar de nuestra maldad, por su generosidad a pesar de nuestro egoísmo, por su amor a pesar de nuestro desamor. Queremos vivir cada día del nuevo año firmemente apoyados en Dios, la Roca firme, el único que da estabilidad a nuestros vaivenes y fortalece nuestras debilidades permitiéndonos enfrentar el futuro con confianza. Reafirmamos nuestra fe en Aquel que es Señor del tiempo y de la historia: origen, centro y meta de nuestra historia personal y comunitaria; Aquel que con Amor nos conduce al Amor. Al cruzar el umbral de este Año Nuevo, celebramos la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, a quien invocamos justamente como Puerta del Cielo, para que bajo su amparo estos próximos meses –vividos a ejemplo de María en comunión con Dios– sean para nosotros verdadero camino hacia el Cielo. Hoy también la Iglesia celebra la Jornada Mundial por la Paz. Todos queremos un mundo mejor. Todos queremos que Dios nos bendiga y bendiga a los demás. Pero esto solo es posible cuando trabajamos por la paz, no la paz que da el mundo –la que se basa en un equilibrio de egoísmos–, sino la que nos trajo Jesucristo y que se basa en la victoria del amor sobre todo pecado: cuando nuestra vida, como la de Santa María, está alineada con la voluntad de Dios.

    Consejo de la semana: Revisa como vives el momento del Rito de la paz dentro de la Misa. ¿Eres consciente de que no se trata de un saludo sin más –por más cariñoso y genuino que sea– sino de comunicar a los demás la paz de Cristo que el sacerdote nos ha participado (“La paz del Señor esté con ustedes”)? En estos momentos en que debido a la pandemia del COVID no podemos darnos la mano ni tocarnos físicamente muchos han sustituido el signo por un movimiento de manos. Pero el significado es el mismo: dar la paz al hermano que está junto a ti en la Misa significa dejar que Cristo reviva su Misterio Pascual en ti, venciendo todo pecado y transformándote según la voluntad de Dios.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-12-23 10:00 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    Por medio del anciano Simeón, Dios expresa su plan para el Niño que María, su madre, lleva al templo para consagrarlo a Dios según manda la ley del Señor. A la obediencia de María y José a la voluntad de Dios expresada en la ley, Dios responde confirmando la identidad de Jesús revelada por el ángel a María: «Salvador… para todas las naciones» (Lc 2, 30-31). Y amplía el mensaje que el ángel había comunicado. La misión de Jesús estará impregnada de conflicto («será como una bandera discutida», Lc 2, 34) y sufrimiento, tanto para Él como para su Madre («y a ti, una espada te traspasará el alma», Lc 2, 35). Se pone a prueba la fe de María colaborando con lo que Dios tiene previsto, que por malo que parezca, por ilógico que humanamente resulte, es siempre lo que conviene, lo mejor. María mostrará «lo que el Poderoso ha hecho en ella» cuando con total generosidad y desprendimiento ponga en juego –al igual que su Hijo– todo lo que es, puede y tiene al servicio del plan de Dios. María es modelo de acogida y respuesta a la llamada de Dios; modelo de mensajera de Dios que irá diciendo con toda su vida: «hagan lo que Él les diga» (Jn 2, 5). ¿Y tú y yo, por dónde vamos en el proceso de dejarnos conformar al modelo que es María?

    Consejo de la semana: Examina qué virtud (o virtudes) más te cuesta vivir en el seno de tu familia. ¿Por qué no pedir ayuda, primero a Dios y a su Madre María, y luego, a los miembros de tu propia familia, para mejorar?

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-12-23 8:07 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    En su Carta Apostólica ‘El hermoso signo del pesebre’ del 1 de diciembre de 2019 el Papa Francisco nos ha dicho: «El modo de actuar de Dios casi aturde, porque parece imposible que Él renuncie a su gloria para hacerse hombre como nosotros. Qué sorpresa ver a Dios que asume nuestros propios comportamientos: duerme, toma la leche de su madre, llora y juega como todos los niños. Como siempre, Dios desconcierta, es impredecible, continuamente va más allá de nuestros esquemas. Así, pues, el pesebre, mientras nos muestra a Dios tal y como ha venido al mundo, nos invita a pensar en nuestra vida injertada en la de Dios; nos invita a ser discípulos suyos si queremos alcanzar el sentido último de la vida (n. 8)». «El belén forma parte del dulce y exigente proceso de transmisión de la fe. Comenzando desde la infancia y luego en cada etapa de la vida, nos educa a contemplar a Jesús, a sentir el amor de Dios por nosotros, a sentir y creer que Dios está con nosotros y que nosotros estamos con Él, todos hijos y hermanos gracias a aquel Niño Hijo de Dios y de la Virgen María. Y a sentir que en esto está la felicidad (n. 10)».

    Que nuestra comunidad parroquial y cada uno de nuestros hogares sea un Belén al que acudamos gozosos como los pastores en la Nochebuena para encontrar al Niño siempre en brazos de su Madre María. Entonces, aun sin palabras, estaremos anunciando a todos: ¡Feliz Navidad!

    Consejo de la semana: Saca tiempo estos días para orar contemplando el Nacimiento que has montado en tu hogar. Trata de meterte en la escena y pensar lo que cada personaje sentiría, cómo vería los acontecimientos, qué pensaría.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

  • 2020-12-16 2:07 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:

    El relato de la anunciación a Santa María ejemplifica lo que es la vigilancia y la total apertura –contra toda lógica humana– para acoger al mensajero y, por medio de él, la llamada de Dios que, respondida generosamente, permite acoger a Dios mismo: hace posible la Navidad. El Papa Francisco comenta sobre este pasaje: «El Evangelio que escuchamos nos pone de frente al movimiento que genera el Señor cada vez que nos visita: nos saca de casa. Son imágenes que una y otra vez estamos invitados a contemplar. La presencia de Dios en nuestra vida nunca nos deja quietos, siempre nos motiva al movimiento. Cuando Dios visita, siempre nos saca de casa. Visitados para visitar, encontrados para encontrar, amados para amar» (Santuario de El Cobre, Cuba, 22 de septiembre de 2015). Acoger a Dios nos hace sus mensajeros. María, nuestra modelo perfecta, realiza esto de un modo único y extraordinario: Dios se encarna en ella. Pero también por medio tuyo y mío, de nuestra acogida y respuesta generosa a las llamadas que Dios nos dirige a lo largo de la vida, Dios quiere hacerse presente en el mundo, en la vida de los que nos rodean para amarlos y servirlos. Y para hacer de ellos mensajeros suyos.

    Consejo de la semana: Uno de los pilares de la corresponsabilidad es la formación. El discípulo cristiano sabe que debe dedicar algunas horas semanales al estudio para poder vivir plenamente su fe y dar razón de ella a los demás. Si manejas bien la Internet, encuentras todos los documentos de los Papas recientes y el Catecismo, entre otros, en vatican.va. Puedes identificar también muchas páginas con excelente material para formarte. En YouTube hay muchos canales con videos sobre los más diversos temas: apología, cristología, Escritura, moral, etc. Si no tienes acceso a Internet, emplea libros que se consiguen fácilmente en cualquier librería católica, o que quizás ya tienes en tu hogar. Comienza estudiando por tu cuenta el Catecismo de la Iglesia Católica.

    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.

    P. Ángel

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