Parroquia Cristo Redentor

Blog del párroco

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  • 2015-01-24 11:30 AM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:


    Jesús pide la conversión (metanoia en griego) y creer la Buena Noticia porque el Reino de Dios se ha acercado. El reinado de Dios significa su actuar como Rey y Pastor de su pueblo. Es decir, en Jesús Dios se ocupa de su pueblo –de cada uno– con un cuidado amoroso para guiarlo a la plenitud de la vida. Esta es la Buena Noticia en la que hemos de creer. Pero para creer, para fiarnos de Jesús y dejar que nos cuide es necesaria la conversión. Convertirse no es sólo arrepentirse de los pecados y cambiar de conducta; significa un giro de vida: un ver todas las cosas con nuevos ojos, desde nuevas perspectivas, desde los nuevos valores y principios que Jesús revela en el Evangelio. El cambio de conducta será consecuencia de esto. ¿Noto que se da en mi vida este progresivo giro de vida al que Jesús me invita? La conversión es fruto del seguimiento de Jesús, de cultivar la comunión de vida con Él. ¿De qué manera concreta cultivo diariamente mi comunión con Jesús?


    Consejo de la semana:  La semana que concluye este domingo 25 de enero la Iglesia Universal celebra cada año el octavario de oración por la unidad de los cristianos. Vamos a unirnos a los cristianos de todo el mundo para pedir el pleno cumplimiento de las palabras del Señor en la Última Cena: “Padre santo, guarda en tu nombre a aquellos que me has dado para que sean uno como nosotros (Jn 17,11). Que la unidad de los que creen en Cristo sea una intención en nuestra oración diaria esta semana y a lo largo de todo el año.


    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.


    P. Ángel

  • 2015-01-17 12:20 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:


    El evangelio de hoy está atravesado de manera muy viva por el intercambio intenso de miradas: de Juan hacia Jesús (v. 35); de Jesús a los dos discípulos (v. 38); de los discípulos a Jesús (vv. 38-39); y finalmente es Jesús el que dirige nuevamente su mirada a nosotros, en la persona de Pedro (v. 42). El evangelista utiliza verbos diferentes, pero todos cargados de distintos matices, de intensidad; no se trata de miradas superficiales, distraídas, fugaces, sino más bien de contactos profundos, intensos, que parten del corazón, del alma. Es así que Jesús, el Señor, mira a sus discípulos y nos mira a nosotros; es así también que nosotros deberíamos aprender a mirarlo a Él. ¿Tengo los ojos del corazón totalmente abiertos como para comenzar a ver lo que realmente sucede dentro de mí y a mi alrededor, y para reconocer en cada acontecimiento la presencia del Señor?


    Consejo de la semana:  Es estas primeras semanas del nuevo año es necesario proponerse seriamente recorrer un camino de crecimiento espiritual, dejando al Señor actuar mas en nosotros, cambiando aquello que en nuestro modo de vivir se lo impide. La semana pasada te invitaba a tomar un punto específico para trabajar en las próximas semanas. Hoy te invito a meditar sobre la proporción de tiempo que dedicas a servir a los demás sin esperar nada a cambio versus el tiempo que dedicas a tus cosas. ¿Cómo podrías servir más generosamente a Cristo en el prójimo?


    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.


    P. Ángel

  • 2015-01-10 9:10 AM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:


    Jesús, al recibir el bautismo, expresa su plena solidaridad con la humanidad: es «verdadero hombre». Dios Padre proclamando a Jesús como su «Hijo amado» y el Espíritu Santo posándose sobre Él manifiestan la otra dimensión de su identidad: es a la vez «verdadero Dios». La presencia de Jesús, el Fuerte, y el don del Espíritu Santo en el bautismo constituyen dos preciosas condiciones para que también nuestra vida pueda convertirse en una respuesta cada vez mas fiel a las expectativas del Padre de modo que pueda decir con toda propiedad también de cada uno de nosotros: «es mi hijo amado». Nos debemos preguntar, pues: ¿qué significa para mí estar bautizado?, ¿percibo en mi vida el vínculo con Dios y con la Iglesia, Cuerpo de Cristo, que se estableció en mi bautismo?, ¿lo perciben los demás?


    Consejo de la semana:  Hoy concluye el breve tiempo litúrgico de la Navidad y, a la vez, nos encontramos iniciando un nuevo año. Te invito a tomar, de las cosas que has visto en tu oración personal que Dios te pide, una o dos, y poner manos a la obra sin dejar pasar un día más.  Si no has visto nada claro, te sugiero: (a) adoptar la costumbre de confesarte mensualmente, (b) adoptar la práctica de dedicar al menos quince minutos semanales a la adoración eucarística, (c) adoptar la práctica de orar diariamente media hora tomando como apoyo las lecturas de la Misa de cada día.


    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.


    P. Ángel

  • 2015-01-03 9:35 AM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:


    La Palabra se hizo carne” (Juan 1,14a). El prólogo del evangelio de Juan nos narra algo tremendo, impensable, pero que de tanto escucharlo podría parecernos normal: Dios vino a habitar entre nosotros; en Jesucristo se unió tan inseparablemente con el hombre, que siendo Dios de Dios, luz de luz, es también verdadero hombre. La tienda del encuentro, morada de Dios entre los israelitas en el desierto, queda sustituida por Jesús. El que en el principio “estaba con Dios” (1,1b), quiso estar “entre nosotros” (1,14), para que completamente identificados con Él nosotros podamos estar en el incomparable intercambio de amor que es Dios. Ante Jesús recién nacido, aprendemos maravillados que “la Palabra se hizo carne” por amor a cada uno de nosotros. Contemplando a Jesús, “Palabra encarnada”, ¿qué propósitos me hago para mi vida personal, familiar, laboral, de amistades, de servicio, de compromiso eclesial el próximo año?


    Consejo de la semana:  Ponte junto al Nacimiento, o ante el Sagrario, y contemplando al niño Jesús lee muy despacio, tratando de entender, el Prólogo del Evangelio de Juan (1,1-18).


    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.


    P. Ángel

  • 2015-01-01 9:00 AM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:


    Al comenzar un nuevo año civil damos gracias a Dios: por su fidelidad a pesar de nuestras infidelidades, por su bondad a pesar de nuestra maldad, por su generosidad a pesar de nuestro egoísmo, por su amor a pesar de nuestro desamor.


    Queremos vivir cada día del nuevo año firmemente apoyados en Dios, la Roca firme, el único que le da estabilidad a nuestros vaivenes y fortalece nuestras debilidades permitiéndonos enfrentar el futuro con confianza. Reafirmamos nuestra fe en Aquel que es Señor del tiempo y de la historia: origen, centro y meta de nuestra historia personal y comunitaria; Aquel que con Amor nos conduce al Amor.


    Al cruzar el umbral de este Año Nuevo, celebramos la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, a quien invocamos justamente como Puerta del Cielo, para que bajo su amparo estos próximos meses, vividos a ejemplo de María en comunión con Dios, sean para nosotros verdadero camino hacia el Cielo.


    Hoy también la Iglesia celebra la Jornada Mundial por la Paz. Nosotros en Cristo Redentor hemos adoptado como lema para este año la frase: «En tu voluntad, Señor, encontramos nuestra paz» porque queremos tener bien presente que el cúmulo de bendiciones y bienes que Dios nos quiere conceder y que la Escritura designa con la palabra “shalom” (que traducimos por “paz”) sólo se alcanza cuando alineamos todos los aspectos de nuestra vida con la voluntad de Dios, cuando dejamos que sea el Espíritu Santo quien nos guíe en todo.


    Que en este Camino, Santa María, siempre Virgen, sea nuestra compañera inseparable. Sin duda, entonces, este será un feliz Año Nuevo.


    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.


    P. Ángel

  • 2014-12-27 9:00 AM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:


    Hoy el evangelio nos presenta a la Sagrada Familia como modelo de fidelidad a la voluntad de Dios. Acude al templo de Jerusalén a los ocho días del nacimiento para presentar a Jesús, el varón primogénito, como mandaba la Ley. La familia en la que Dios quiso hacerse hombre fue en todo fiel a la Palabra de Dios (su voluntad) simbolizada en la espada de la profecía del anciano Simeón; espada que traspasará el alma de María, porque mantenerse fiel a ella le ocasionará gran sufrimiento. María y José la cumplen fielmente: acogen la Palabra y dejan que se haga vida en ellos, aún a costa de convertirse en “bandera discutida”, como llama Simeón a Jesús, la Palabra encarnada. Jesús viviendo en mí y viviendo en mi comunidad de fe ¿es también hoy “bandera discutida”, signo de contradicción? ¿Lo es para mí?


    Consejo de la semana:  En tu oración diaria medita las lecturas del domingo, o las de la misa del día.  Háblale al Señor de lo que te dicen las lecturas, de lo que te inspiran decirle como respuesta, de cómo te gustaría ser, de tus planes y proyectos, de tus faltas, de lo que te hace feliz y de lo que te hace sufrir.  Y, por último, no olvides un espacio de silencio de al menos 5 minutos.  Recuerda que lo más importante en la oración es lo que Dios nos dice y lo que Dios hace en nosotros mientras estamos a solas con Él y para Él en su presencia.


    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.


    P. Ángel

  • 2014-12-24 10:20 AM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:


    Al celebrar un año más la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo damos gracias a Dios, Padre de las misericordias, por su infinito e incomprensible amor para con sus criaturas al enviar a su Hijo hecho hombre, igual en todo a nosotros excepto en el pecado.

    La Navidad es punto de partida: la historia humana ya no es igual luego de conocer (es decir, de experimentar personalmente) al «Dios-con-nosotros».  La Navidad es centro: obligado punto de referencia para esclarecer todo, como nos recuerda el Concilio Vaticano II: «el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado» (Gaudium et spes 22).  La Navidad es meta (o debe serlo): que Dios sea en cada uno de nosotros verdadero «Dios-con-nosotros».

    Que nuestra comunidad parroquial y cada uno de nuestros hogares sea un Belén al que acudamos gozosos como los pastores en la Nochebuena para encontrar al Niño siempre en brazos de su Madre María.  Entonces, aun sin palabras, estaremos anunciando a todos: ¡Feliz Navidad!


    Consejo de la semana:  Saca tiempo estos días para visitar con toda tu familia algunos de los nacimientos más hermosos y completos que se montan cada año en San Juan. Aprovecha la oportunidad para meterte en las escenas y orar un rato. Puedes visitar, entre otros: Siervas de María, Calle Fortaleza 1, Viejo San Juan y Hogar Santa Teresa Jornet, Carr. 176 Km 3.8, Cupey.


    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.


    P. Ángel

  • 2014-12-20 12:58 PM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:


    El relato de la anunciación del ángel a María es el paradigma de toda acción de Dios en y por medio de sus criaturas humanas. La entrega incondicional de la Virgen María al servicio de Dios como esclava es el modelo de todo discípulo y también de la Iglesia. Gracias a su «sí», María entra en el proyecto de Dios y Dios entra en la historia humana reconduciéndola hacia Él, rescatándola de la falta de sentido y de dirección, limpiándola de lo que la degrada y destruye para que vuelva a ser según su plan original. Acogiendo en su vida y en su ser la Palabra –la voluntad de Dios– María le permite a Dios hacerse «carne». El anuncio del ángel fue una gran sorpresa y alegría para María y para el pueblo. Es lo mismo que se nos anuncia este Adviento, ya a las puertas de la Navidad, a ti y a mí. Debería sorprendernos y alegrarnos. ¿Acogeremos la Palabra –la voluntad de Dios– como hizo María? ¿Le permitiremos a Dios hacerse «carne», vivir en nosotros y reconducir hacia Él nuestra historia personal y comunitaria?


    Consejo de la semana:  Te invito a vivir esta Navidad como lo hizo María. Ora en silencio antes de comenzar tu día, antes de que la algarabía, las voces, la música ocupen tus sentidos. Medita en la invitación que Dios te hace para que lo acojas en tu vida ese día. Toma como base el evangelio de la Misa del día. Y escucha al Espíritu antes de dar tu respuesta, antes de dar tu «sí» a Dios. Hazte consciente que esa respuesta se hará concreta en tus palabras y acciones a lo largo del día. Luego, antes de ir a descansar en la noche, dedica un par de minutos a repasar tu día y cómo compara tu respuesta vivida contra la respuesta que diste en la oración. Pide perdón y ayuda por lo que no fue coherente y agradece todo lo demás. Disfruta según va creciendo tu acogida de Dios.


    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.


    P. Ángel

  • 2014-12-13 8:54 AM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:


    Esta semana el Evangelio inicia así: «Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él» (Juan 1,6-7). La Navidad ya se aproxima, por eso la liturgia llama a este domingo “Gaudete”, esto es, de la alegría. ¿Qué motivos tenemos para alegrarnos y celebrar en esta Navidad que se aproxima? Nuestro mundo confunde la felicidad con bienestar, con ausencia de enfermedades, problemas, conflictos, confunde la felicidad con abundancia de bienes, prestigio, poder. La verdadera felicidad sólo surgirá de alinear nuestra vida en todo con la voluntad de Dios: hacer con lo que Dios nos da lo que Él nos pide; en otras palabras: quitar el pecado. Este es el trabajo del Adviento que anuncia Juan: rectificar el camino del Señor; y que realiza Jesús: quitar el pecado del mundo. Solo así damos testimonio de la luz, para que otros puedan creer. ¿Qué situaciones de oscuridad te gustaría iluminar? ¿Cómo?


    Consejo de la semana:  Revisa si tu manejo de los bienes materiales y el dinero da testimonio de la luz, para que los demás puedan creer. Te invito a repasar ante el Señor en tu oración el contenido de la página 6 del boletín de esta semana. Toma alguna de las preguntas y reflexiónalas en el silencio de la oración. Escucha lo que el Señor te dice y pídele que te ayude a lograrlo.


    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.


    P. Ángel

  • 2014-12-06 8:20 AM | P. Ángel Ciappi (Administrator)

    Queridos hermanos y hermanas:


    La venida del Hijo de Dios al mundo había sido preparada por la historia de la salvación a lo largo de siglos y finalmente por san Juan Bautista. A nosotros nos corresponde ahora hacer también la preparación mediante una buena disposición del corazón, tomándonos en serio los llamados que nos hacen el evangelista Marcos, las voces de los profetas y la predicación de Juan Bautista. Este es el sentido del Adviento que estamos viviendo. Si Navidad es acoger a Dios como el Emmanuel, el ‘Dios-con-nosotros’, no habrá Navidad si no preparamos nuestras personas para acoger a Dios, de modo que sea ‘con-nosotros’. Esta semana Juan Bautista nos dice que la venida de Dios se prepara en el ‘desierto’, con la austeridad en nuestros hábitos y estilos de vida, con silencio interior y exterior. Todo lo contrario a lo que nos propone el mundo, especialmente en estos días en los que, bajo apariencia de cultivar la amistad y la generosidad, se nos invita al desenfreno en el consumo, el ruido y las compras. A Juan Bautista el Espíritu es quien lo impulsa al desierto. ¿Estás dejando que el Espíritu te impulse también al desierto este Adviento? ¿Estás sacando tiempo para escuchar al Espíritu?


    Consejo de la semana:  Si no lo has hecho todavía, apresúrate a preparar la corona de Adviento en tu hogar, como te recomendaba la semana pasada. Haz una lista de los hábitos que vas a revisar en tu vida. Dialoga pausadamente con Dios en tu oración sobre lo que hay que quitar, cambiar o añadir este Adviento para preparar bien la llegada del ‘Dios-con-nosotros’. De manera especial revisa tu empleo del tiempo, de tus bienes y de tu dinero. Si hacemos lo mismo de cada año tendremos los mismos resultados que nos dejan insatisfechos. Toma la decisión de que este año no sea así.


    Gracias por ser parte de nuestra familia de fe. Dios te bendiga abundantemente.


    P. Ángel

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